El Señor les prometió a los israelitas la Tierra Prometida.
Moisés tomó a su pueblo, y con él fue en busca de aquel país maravilloso que daba toda suerte de frutos, y donde los ríos manaban leche y miel.
Cuarenta años vagaron los hijos de Israel por el desierto. Finalmente, después de cuatro décadas llegaron a la Tierra Prometida.
Les preguntó el Señor:
-¿Por qué tardaron tanto?
Responde la esposa de Moisés, malhumorada:
-Es que mi marido es como todos los hombres: cuando andan perdidos no les gusta preguntar.
¡Hasta mañana!..