El caracol marino acudió con el Señor. Estaba inquieto el caracol; se le veía preocupado.
Le preguntó el Creador:
- ¿Qué te sucede?
(Y es que el Señor se ocupa de todas sus criaturas, aunque algunas de ellas no se ocupen de su Señor).
- Padre -respondió el caracol-: me diste la cualidad de imitar la voz del mar. Si alguien me acerca a su oído escuchará el ruido de las olas, y sentirá en mi pequeñez la grandeza del océano.
- Así es -dijo el Señor-. Te di esa cualidad. Y ¿qué sucede?
- Sucede -contestó apesadumbrado el caracol- que ahora el mar dice que estoy reproduciendo su música sin su autorización. Me acusa de pirata, y quiere que le pague regalías.
¡Hasta mañana!..