Dios y el Hombre estaban hablando el uno con el otro.
(Esto se explica porque eran los primeros tiempos. En los nuestros parece que no se hablan ya).
- Dime, Adán -le preguntó el Señor al Hombre-. Pensemos que han pasado muchos años. Y pensemos también que vas a vivir en una isla desierta. ¿Qué libro llevarías contigo?
Vaciló Adán, pero luego se decidió a responder.
- Tendrás que perdonarme, Padre -contestó-. No llevaría la Biblia. Llevaría más bien un libro que se llamara, por ejemplo, "Cómo Sobrevivir en una Isla Desierta".
El Señor se quedó pensando, y después dijo:
- Tienes razón, Adán. Primero la vida, y luego todo lo demás.
¡Hasta mañana!..