A veces he pensado que William Hogart hacía sus grabados usando un bisturí.
Artista comprometido con su tiempo, ese artista tuvo la despiadada frialdad del cirujano que amputa el miembro enfermo. Cada uno de sus trabajos es una crítica punzante de los vicios de la sociedad inglesa del siglo dieciocho en que vivió.
Encontré, sin embargo, un grabado de Hogart muy conmovedor. Es una oración. De algún modo toda obra de arte lo es. El hombre que el grabado muestra tiene en las manos un letrero: "Only LOVE to us be givn, Lord. We ask no other Heav'n...''. "Sólo AMOR nos sea dado, Señor. No pedimos ningún otro Paraíso''.
Cala hondo esa plegaria. En efecto, ¿puede el hombre recibir de Dios un don mayor que el del Amor? Cuando se le posee, verdadero, con él se tiene también el verdadero paraíso.
¡Hasta mañana!..