En una página perdida de Malbéne se leen estas palabras:
"... Los antiguos romanos rendían culto al azar. Le daban categoría de dios. Quizá nosotros deberíamos también ofrecerle tributo de veneración, pues a lo mejor el azar no es otra cosa que Dios que se pone lentes negros para no ser reconocido. No sé... Pienso en mi vida como en una continua serie de azares que me han llevado a ser lo que ahora soy, y a estar donde me encuentro. ¿No será igualmente el mundo una sucesión de azares?...".
Eso dice Malbéne. Lejos de mí la temeraria idea de manifestar contradicción. El autor es demasiado importante, y su nombre demasiado ilustre, como para oponerse a él. Pero sugiero una idea adicional: la vida, y el mundo de los hombres, son una cadena infinita de azares que se inició con algo que no fue un azar.
¡Hasta mañana!..