Doña Librada, la del Potrero, es viuda, y vive sola, pues sus hijos se fueron todos ya.
Tiene un gorrión que canta todo el día. Dice ella:
-Es mi remedio contra la soledad.
Ayer esa buena señora me contó que una tarde la jaula quedó abierta, y el pajarillo escapó. Voló hasta una rama del pirul. Ella, al ver que se iba, se echó a llorar desconsoladamente. Y entonces, dice doña Librada, sucedió un milagro: el gorrión regresó a la jaula, y entró en ella.
Alguien dirá que eso es mentira. Yo digo que es verdad. Todas las cosas que nacen del buen amor son verdaderas.
¡Hasta mañana!..