Adán le preguntó al Creador con voz doliente:
-¿Por qué, Señor, me hiciste adulto ya? ¿Por qué no me formaste como niño, de modo de haber podido disfrutar de mi niñez y juventud? Me diste vida como hombre ya crecido. Así, me quitaste los días felices de la infancia, y me negaste también las dichas del tiempo juvenil, tan lleno de ideales e ilusiones. ¿Por qué, Señor, no me hiciste niño?
Le respondió el Augusto:
-Soy Dios, Adán; por eso pude hacerte hombre sacándote del polvo de la tierra. Pero el hermoso milagro que es un niño, eso solamente una madre lo puede hacer.
¡Hasta mañana!..