Hay en el cementerio de Ábrego una tumba. Las tumbas dicen cosas que no sabemos escuchar. En esta tumba se oyen voces que dicen la verdad:
"... ¿Quiénes fueron los malvados que nos enseñaron a tener miedo de la muerte? Fueron los mismos, creo, que nos enseñaron a tener miedo de la vida. Su herencia es el temor, y su legado la mentira. Es cierto que la vida es el comienzo de la muerte; pero también es cierto que la muerte es el comienzo de la vida. Todo, en verdad, es vida. Para cada criatura la vida empieza y acaba. Sin embargo esa gran criatura que formamos todos no muere nunca: vive para siempre. De esa eterna vida somos parte, y compartimos también su eternidad. Imágenes y creación de Dios, somos, como él, eternos. No tengamos entonces miedo de la muerte. Sería como tener miedo de la vida. Sería como tener miedo de Dios...".
Hay en el cementerio de Ábrego una tumba. En ella suena la voz de la verdad, que es voz de amor, de esperanza y de alegría.
¡Hasta mañana!..