El número 1 despreció al cero. Le dijo:
-No vales nada.
También el número 2 despreció al cero.
Y lo despreciaron igualmente el 3, y el 4, y el 5, y el 6, y el 7, y el 8, y el 9.
Todos despreciaron al cero.
El pobre cero, lleno de tristeza, los dejó.
Pero entonces el número 1 se dio cuenta de que sin el cero no podía hacer el 10, ni el 100, ni el 1000. Y los demás números también se dieron cuenta de su error.
Llamaron, pues, al cero. Le pidieron perdón, y le dijeron:
-Vales mucho.
¡Hasta mañana!..