El encargado del censo terminó de hacerlo, y se dispuso a volver a su ciudad.
Le informó uno de sus ayudantes:
-Me dicen que anoche un niño nació cerca de aquí, en un pesebre.
Preguntó el encargado:
-¿Y luego?
-Debemos registrarlo -opinó el otro.
-¡Bah! -exclamó, desdeñoso el funcionario-. No hay tiempo ya para eso. Además, ¿qué importa un niño más o menos?
¡Hasta mañana!..