Mirando A Fondo / Vieja Y Tradicional Costumbre de nuestro ayuntamiento y de todos en el país, la facultad de condonar total o parcialmente las multas administrativas que le son impuestas a los ciudadanos que violan los reglamentos de Policía y de buen gobierno o algún otro de tipo administración.
PERO NO POR SER UNA VIEJA Tradición, podríamos calificarla como una buena y sana costumbre que para mal, prolifera en la administración pública. Y es que la impunidad empieza desde los estratos más primarios del quehacer político. Nuestra impunidad comienza ahí, cuando un ciudadano que ha cometido una infracción administrativa sabe que no tendrá sanción alguna, pues puede acudir al regidor del ayuntamiento de su preferencia, para que mediante un simple plumazo se deje sin sanción al infractor.
EL TERRIBLE ESTADO Que cosas que estamos viviendo empezó precisamente con un incipiente tipo de impunidad, y esta es de las que mandan el torcido mensaje de que: finalmente no se aplicará la ley o el reglamento.
A ESTE TIPO De impunidad sigue la que se refiere al cumplimiento de las obligaciones civiles, contratos u obligaciones; se continúa con la impunidad penal que consiste en que no importa que asesines, robes, estafes etc., pues tendrás finalmente la seguridad de que el brazo de la justicia no te alcanzará, y que para eso existen medios legales, económicos o de influencia suficientes para ubicarse en la impunidad.
EL CANCELAR LAS MULTAS Por violación a los reglamentos administrativo tiene como inmediata consecuencia, la de influir y desestimular al empleado o funcionario público que la impuso. Si éste sabe (un agente de tránsito por ejemplo) que la multa que levantó finalmente no se hará efectiva por la cancelación que hará un señor regidor, seguramente mejor tratará de arreglar la infracción en el mismo campus. Es así como se inicia la larga cadena de impunidad y corrupción.
PODRÍASE ARGUMENTAR Que cuando la multa haya sido impuesta de manera indebida o arbitraria, procedería su cancelación, pero esto no es suficiente pues existen los tribunales de justicia administrativa del municipio, para resolver sobre las multas o sanciones administrativas que hayan sido impuestas de manera indebida o arbitraria.
SE HA HABLADO También del apoyo al "clientelismo político" como una causa que justificaría la cancelación de multas, pero esto tampoco es aceptable, pues en última instancia son los partidos políticos en el poder o los propios alcaldes los que sí podrían tener un interés en apoyar a sus electores simpatizantes.
LOS REGIDORES No tienen clientelismo político, el partido en el poder sí podría tenerlo; pero como vemos que opera este sistema de impunidades, eso no ayuda en nada a la formación cívica de los habitantes de una ciudad, por el contrario, fomenta y propicia la violación del Estado de Derecho y como consecuencia, la impunidad, origen de todos nuestros males y desgracias.
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