Parece Que México Sigue distinguiéndose a nivel mundial, pero desgraciadamente por cosas negativas. Ocupamos prominentes lugares en lo que a corrupción se refiere; somos de las naciones en donde la impunidad es casi sello de distinción. En materia de defensa de derechos humanos estamos en los peores lugares mundiales, ello con motivo del sinfín de arbitrariedades que cometen las autoridades en agravio de la ciudadanía.
PERO NO SOLAMENTE En estos renglones ocupamos los primerísimos lugares; ahora resulta que México es el país número uno en obesos; Coahuila es el estado con más personas gordas en todo el país. Pero viene lo peor: Torreón es la ciudad de Coahuila con más personas pasadas de peso y lo que es más grave, somos la ciudad con más niños obesos.
SON LA DIABETES Y la gordura, las dos pandemias que están matando de manera silenciosa e implacable a los ciudadanos de este país. Sin tratar de mencionar todas las peligrosas secuelas que conllevan estas dos enfermedades, sí podemos afirmar que ninguna otra enfermedad representa los riesgos de las dos mencionadas, pues éstas inciden en todo el desarrollo físico del paciente dañándole una serie de órganos y propiciando la aparición de otras y nuevas enfermedades.
ES POR ELLO Que la acción que planteó el secretario de Salud doctor José Ángel Córdova de sacar los alimentos "chatarra" de los planteles escolares fue tan bien recibida por la sociedad en general; pero también sin dejar de reconocer que obesidad empieza en el seno de la familia y es reflejo de su cultura alimenticia.
PERO LA ENGORDA Que empieza en la familia, continúa en los centros escolares, en donde la venta de comida "chatarra" representa uno de sus mayores ingresos. En tiempos pasados los niños llevaban a su escuela la famosa caja del "lonche" que con tiempo les preparaba la mamá y que no contenía ningún alimento "chatarra". Ahora no hay nada de eso, o quizá muy poco. Ahora los padres le proporcionan a sus hijos el dinero para que consuma la "chatarra" a placer y se vuelva adicto de manera irreversible.
LAS REGLAS PARA Que en los centros escolares se destierre de manera definitiva la comida "chatarra", fueron dictadas por el Consejo de Salud. Ahora falta que se apliquen, respeten y se hagan cumplir. Pues volvemos otra vez a nuestra gran afición de no cumplir ni hacer cumplir las leyes; pero de una u otra manera, es en el hogar en donde se deberán tomar las medidas tendientes a evitar el "engordamiento" indefinido de nuestros adolecentes.
PARA ELLO Se deberá primeramente educar a los padres de familia, que en última instancia, son los que propician y pagan el consumo de la "chatarra" de sus hijos. La realidad es que ni el Estado ni el Gobierno, podrán atacar de manera efectiva este problema que corresponde a los padres de familia y también a los propios directores o propietarios de los centros educativos, quienes deberían ser los primeramente interesados en proteger los educandos a su cargo.
