El Lunes Pasado Apareció en la prensa nacional una serie de fotografías en donde se da cuenta de la tradicional misa que todos los domingos oficia el Cardenal Primado de México, Norberto Rivera Carrera, en la Catedral Metropolitana; apareció ataviado con un extraño batón color verde bandera. Con igual ridícula indumentaria se exhibió otra serie de clérigos que acompañan al Cardenal durante el oficio de la misa de las doce horas de cada domingo.
LA RAZÓN O motivo de tan estrafalaria vestimenta, fue en razón de que la Iglesia Católica Apostólica y Romana quiso, (pero sin lograrlo) hacer un acto de desagravio al país, a sus instituciones y al pueblo en general, con motivo de los cientos de agravios que le ha inferido durante su ya larga permanencia por estas tierras.
PRIMERAMENTE LOS PRELADOS Hicieron honores a la Bandera Nacional parados muy derechitos levantaron el brazo izquierdo y que apoyaron sobre su pecho poniendo una cara de yo no fui. Después en armonioso coro entonaron circunspectos el Himno Nacional.
PIENSAN LOS JERARCAS De esa iglesia, que con actos como el relatado, la nación podrá olvidar los miles de agravios que causaron al pueblo llano. Aliados siempre a los más ricos, desde los tiempos de la Colonia hasta ya entrada la Revolución Mexicana, apoyaron por siglos a las fuerzas más reaccionarias de nuestra historia.
DURANTE TRESCIENTOS AÑOS Se han coludido con virreyes y autoridades criollas, saquearon la riqueza de este país y se posesionaron de millones de hectáreas arrebatadas a los indios.
Después y durante las luchas de Independencia, procedieron a perseguir a los insurgentes y a excomulgar por decreto a todos ellos, especialmente a Miguel Hidalgo y a José María Morelos y Pavón a los que enjuició el Santo Oficio de la Inquisición y después les cortaron la cabeza, para exponerla estacada en la Alhóndiga de Granadita en donde se pudrieron a la vista de todos por más de diez años.
MÁS ADELANTE Se aliaron con el Emperador Agustín de Iturbide y con su Serenísima Alteza, Antonio López de Santa Anna. Posteriormente se enfrentaron rabiosos en contra de las Leyes de Reforma, guerra que finalmente perdieron frente a Don Benito Juárez. Derrotados, se les ocurrió propiciar la traída del príncipe extranjero, Maximiliano de Habsburgo y asociados con él, dieron férrea lucha contra las fuerzas libertadoras.
DURANTE LA INTERVENCIÓN Norteamericana en nuestro país, no hicieron tampoco malos quesos. Faltos de la más elemental sensibilidad patriótica se sumaron, muy calladitos, pero con actos muy positivos, a favor a la invasión.
COMO SE PODRÁ Ver, los jerarcas de esta Iglesia, siempre han estado en contra del pueblo y de las instituciones del país. Nunca se les ha visto en 500 años de historia, participar en la defensa de las causas del país.
DE AHÍ Que la ridícula ceremonia del domingo pasado no sea otra cosa, más que un grotesco despropósito.