OTRA PARTE Quisiéramos Olvidarnos del penoso asunto del señor diputado por el PRD, Julio César Godoy Toscano, y tratar de ocuparnos de algún otro de tantos asuntos delicados que vienen ensombreciendo la vida de este país, cosa que no fue posible con motivo de los últimos hechos ocurridos en la Cámara de Diputados a principios de la semana.
PUES RESULTA Que el angelito de Godoy Toscano no se presentó el lunes pasado ante la Comisión Instructora de la propia Cámara, en donde debió haber comparecido dentro del procedimiento de investigación para la procedencia o no del desafuero que se le está integrando.
NO OBSTANTE Que los medios nacionales e internacionales difundieron profusamente una grabación telefónica tenida (aparentemente) por Godoy Toscano con un distinguido miembro del cártel michoacano, la bancada perredista en San Lázaro la ha venido desestimado bajo el principio de que ese tipo de pruebas no es admitido en el derecho mexicano por ser ilegal el espionaje telefónico.
¿PODRÍAN LOS SUSODICHOS Representantes del pueblo acogerse al principio jurídico de "que toda persona es inocente mientras no se pruebe lo contrario"?, cosa que sería jurídicamente correcta: pero lo que no es correcto y sí una cínica burla para los que les pagamos sus sueldos, es que los diputados perredistas traten ahora de entorpecer los procedimientos de la Sección Instructora.
SI GODOY TOSCANO No tiene realmente ninguna responsabilidad en la acusación que le hizo la Procuraduría General de la Republica, la de tener nexos con el crimen organizado y narcotráfico, ¿cuál es la razón por la que no quiere enfrentar las acusaciones también bajo el viejo principio "del que nada debe nada teme"?
La actitud de Jesús Ortega dirigente del PRD y la de algunos diputados perredistas que han querido proteger al diputado michoacano con el fin de ayudarle a evadir su responsabilidad de afrontar un procedimiento de desafuero, lo único que ha logrado es acrecentar el temor y desconfianza que a últimas fechas ha venido calando entre el electorado que alguna vez creyó en ese partido.
TAN GRANDE Es el desaliento de los seguidores de la llamada izquierda mexicana, que en las últimas elecciones el PRD y el PT, apenas lograron y con muchas dificultades un triste 3% de la votación general en los diversos procesos electorales. Si a todo lo anterior le agregamos el terrible desorden y desorientación que están sembrando en todo el país Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, el Partido del Trabajo, las tribus que deambulan por los desiertos y hasta por la mismísima España, nos es posible entender la inminente muerte del frente en donde se pudo haber integrado en algún tiempo (Cuauhtémoc Cárdenas) una auténtica nueva izquierda mexicana, pero como la tratan ahora de encabezar esos partidos, ni es nueva ni es izquierda.