UN MAL PRESAGIO de lo que podría llegar a ser en este país “La guerra por el Agua”: Esto ya se dio en entre los agricultores del Valle delYaqui en Sonora, en dondeungrupode agricultores y autoridades estatales se está peleando por 75 millones de metros cúbicos de agua. La manzana de la discordia es la construcción de un acueducto privado, que llevaría agua de la Presa “Plutarco Elías Calles” hacia el Río Sonora, para consumo de agua potable de los habitantes de la Ciudad de Hermosillo.
ESTO ES SIN DUDA alguna unhecho significativo que nosva dibujando loquepodría suceder en nuestra ComarcaLagunera con relación al uso y distribución del agua. En las decenas de proyectos y anteproyectos que se han venido generando para lograr un mejor y más equitativo uso y distribución del agua en la Región, se han apuntado muchas soluciones y todas ellas terminan finalmente en la incontestable pregunta: ¿Quiénes son realmente los dueños del agua del Río Nazas y de los mantos acuíferos?
CUANDO SE ENTRA al tema del agua, de inmediato y al bote-pronto los usufructuarios del más valioso bien de la naturaleza y que por lo mismo tiene el carácter de bien público y propiedad de la nación, exhiben las concesiones que les han sido otorgadas y que les permiten el uso y hasta el abuso de tan vital líquido.
UNAS SON CONCESIONES propias para el regadío de la pequeña propiedad del concesionario. Otras, las más, han sido tomadas en arrendamiento de los viejos y desmantelados ejidos.
Pero el sistema ha venido permitiendo que estas concesiones se acumulen en muy pocas manos. Así las cosas todo esto ha derivado a que un muy pequeño grupo de agricultores y productores de leche pueda irrigar miles de hectáreas de tierras propias, pero también otras y en su gran mayoría, en terrenos ejidales.
HEMOS LLEGADO y para mal, a tolerar el establecimiento de un sistema de propiedad del agua, que rebasaría la imaginación más calenturienta de un novelista de temas catastróficos: El Aquafundio, esto es, un sistema en donde los dueños del agua de la Presa del Palmito y de todos los acuíferos del subsuelo de la Comarca Lagunera, está integrado por un pequeñísimo grupo de personas.
Y LA HISTORIA nos ha enseñado, que el que es dueño del agua, es también y de una u otra manera, dueño de la vida de los demás. Estamos hablando del bien más valioso que existe en la naturaleza y del cual depende la misma existencia del hombre, de ahí la importancia y jerarquía que debemos darle al asunto.
ES CONVENIENTE dejar claro, que las concesiones para el uso o explotación del agua del Río Nazas o de los mantos acuíferos, no son operaciones de compraventa y para siempre en favor de los concesionarios. El agua de la que es dueña la nación, nunca sale del patrimonio del estado. Se trata de simples autorizaciones sujetas al interés público, de naturalezas revocables y subordinadas a las necesidades y prioridades de los habitantes de una comunidad, muy especialmente, cuando se trata de agua potable para abastecimiento de los núcleos de población.
EL ASUNTO DE HERMOSILLO es entonces, una llamada de alerta para la Comarca, en donde si no hay responsabilidad, nos podríamos convertir en un escenario de guerra por el agua, hoy por cierto, en manos de cincuenta familias. Comentarios:
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