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Mire los tiempos señor de Conagua

No Hagas Cosas Buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Desde el miércoles pasado fueron abiertas de manera intempestiva las compuertas de las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco. La Comisión Nacional del Agua, específicamente el Organismo Cuencas Centrales del Norte, dependiente de la propia institución, había ignorado las peticiones que hizo el gobierno de Coahuila y de la Coordinación de Protección Civil a nivel federal y decidió liberar el caudal por el Nazas hasta su desembocadura en la laguna de Mayrán.

Lo diferente de esta ocasión es la manera de cómo se decidió hacerlo, es decir, el tiempo desde que se tomó la decisión hasta la implementación de la misma, transcurrieron apenas 24 horas, lo que generó molestia al gobierno estatal coahuilense y a la misma Protección Civil por lo precipitado del hecho, no obstante el Estado de Coahuila le había pedido a CONAGUA que liberara las presas mediante oficios enviados los días 7 y 13 de septiembre.

La Conagua desestimó la petición, por lo que el gobierno local recurrió a Protección Civil federal para que atendiera el asunto. Por esta vía, fue informado en la ciudad de México el director general de Conagua. Sin embargo, la postura fue permanecer cerrados. Esto ocurrió por una respuesta de Óscar Gutiérrez Santana que señalaba que las aportaciones a las presas se estaban comportando por debajo de los promedios históricos para la época del año y no se consideraba necesario observar lo reclamado en el oficio.

Apenas cinco días después, el propio Gutiérrez cambió de parecer debido a que los escurrimientos se incrementaron de manera considerable y la presa Cárdenas captó alrededor de 300 millones de metros cúbicos en menos de una semana, lo que lo espantó y tomó la decisión que ya le había sido solicitada y el agua está ya por el lecho.

Esta es la segunda ocasión que corre agua este año y ahora por los caudales que informa la propia Conagua, está desfogando los mismos volúmenes que lo hizo en lo anterior, por lo que no se corre riesgo de derramamientos.

Además el día de ayer, Óscar Gutiérrez puntualizó algunos datos para responder a la queja hecha por Coahuila de lo sucedido, señalando que tal vez se deba a que no queda claro lo que significa los porcentajes de llenado de la presa, y que cuando uno mira el reporte y ve que hay más del 90% del llenado, esto no significa que se esté llegando al límite de la misma y haya peligro de desbordamiento, sino que a lo que se está alcanzando es el tope del almacenaje regular destinado al riego para el agro, lo que se conoce como NAMO (Nivel de almacenaje máximo ordinario) y para el caso de El Palmito es de 2 mil 873 millones de metros cúbicos, de ahí todavía queda un colchón bastante considerable de mil cuatrocientos treinta y siete millones más, que son 4 mil cuatrocientos treinta y siete mil seiscientos millones de metros cúbicos, conocido como es el NAME (Nivel de almacenaje máximo extraordinario) que es en sí la capacidad máxima total de retención. En el caso de la presa reguladora Francisco Zarco "Las Tórtolas" su NAMO es de 309 millones de metros cúbicos y su NAME de trescientos ochenta y tres. El día de ayer, Palmito tenía tras sus cortinas 3.077,638 metros cúbicos, el 107% de su NAME, mientras Zarco está en doscientos trece millones, el 69% de NAME. Queda capacidad total de contención libres todavía mil 530 millones de metros cúbicos, con lo cual queda claro que hay margen de maniobra. Además que las lluvias se han disipado ya en la cuenca del río, aunque persistan los escurrimientos.

Los números respaldan totalmente la decisión de Conagua, no hay riesgo en realidad de liberar volúmenes de agua de proporciones considerables para que llegasen a inundar poblaciones cercanas a las riberas del río, tal como ocurrió principalmente en los municipios de Francisco I. Madero y San Pedro, cuando en el 2008 se llegaron por otras a tener flujos de hasta 600 metros cúbicos por segundo, que desbordó el río en aquellos lugares y propició daños a la ciudadanía. En aquella ocasión también mucho contribuyó que los márgenes del río se habían difuminado, ya que habían pasado 17 años sin tener agua y además que también habían ocurrido invasiones al lecho, lo que agravó el problema.

Así las cosas, queda claro que no hay riesgo cercano ni mucho menos, pero sí está demostrado que la CONAGUA y su representante local, Óscar Gutiérrez, tuvo sensibilidad de pata de elefante por haber abierto las compuertas casi instantáneamente desde que lo decidió, y nada le hubiera costado o atender los oficios que ya había recibido o simplemente demorar 48 horas la apertura desde que decidió hacerlo, que al cabo se cuenta con márgenes para haberlo hecho. No son tiempos de seguir peleando en los diferentes órdenes de gobierno, y menos ahora señor Gutiérrez.

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