Atentado. Un emigrante tailandés que trabajaba en un kibbutz resultó muerto por un misil palestino.
Un cohete lanzado desde Gaza mató a un emigrante de nacionalidad tailandesa que trabajaba en un kibbutz en el Norte del desierto del Negev, en territorio israelí y horas después el Estado judío prometía que la respuesta sería "dura".
"Se ha pasado la línea roja", advirtió el viceministro israelí de Defensa, Matan Vilnai, tras recordar que es el primer ataque mortal desde el fin de la ofensiva militar que Israel lanzó hace algo más de un año en Gaza y que costó la vida a mil 400 palestinos.
El lanzamiento lo reivindicaron las Brigadas Ansar al-Suna -grupo cercano a Al Qaeda al que combate Hamás-, pero Vilnai responsabilizó al movimiento islamista por haberse producido en un territorio bajo su control, y dijo que la respuesta sería "dura" .
El ataque coincidió con la visita a Gaza de la responsable de la política exterior de la UE, Catherine Ashton, en su primer viaje a la región desde que entró en funciones en diciembre.
Ashton cruzó ayer por la mañana a la franja palestina desde Israel, a través del paso fronterizo de Erez.
Escoltada por coches de grupos de asistencia humanitaria, la responsable europea fue recibida por funcionarios de la ONU ya que el programa de su estancia en la franja no incluía entrevistas con dirigentes del Gobierno de Hamas, que la Unión Europea no reconoce.
