Ropa normal. Así define Miuccia Prada a su última colección para Otoño-Invierno 2010; sin embargo, la antología -y en general, la esencia de la firma italiana- está lejos de ser algo común, sobre todo, gracias a la habilidad y visión que posee la diseñadora, nieta de Mario Prada, fundador de la marca en 1913, para inspirarse en el pasado y transformarlo en futuro.
Sin duda, éste ha sido uno de los factores que más ha capturado la atención de la crítica y que en la antología del próximo invierno queda fuertemente referenciado a partir de prendas y accesorios que traen de vuelta la década de los años 50, pero desde una perspectiva moderna, sofisticada y sensual.
Para coronar el éxito que ha obtenido la colección, desde su presentación en la semana de la moda de Milán, la firma decidió acompañarla con el lanzamiento de una línea cápsula de lentes de sol, que tuvo como escenario el ambiente de la ciudad de Nueva York.
Este evento prueba que la tendencia más importante de la siguiente temporada, al menos para Prada, es aventurarse a crear un estilismo que fusione las siluetas retro con detalles actuales y materiales lujosos. A decir de la propia Miuccia, se trata de "revisitar los clásicos y las temáticas del pasado".
Pero no estamos hablando de una moda pasajera o de un capricho de diseñador, sino de una propuesta que podría cambiar el panorama de la industria fashionista. Sí, las más recientes creaciones de Prada encierran una ideología que busca rendir tributo a la raíz más elemental de la mujer: su anatomía.
En otro tiempo hubiera sido impensable que Miuccia decidiera lucir sus diseños en modelos más saludables como Doutzen Kroes, Miranda Kerr, Catherine McNeil y Alessandra Ambrosio; sin embargo, ahora esta visionaria quiere replantear la significación que se le ha dado a las curvas femeninas, especialmente, a la zona del busto.
El polémico estereotipo de que sólo las chicas esqueléticas pueden vestir piezas de diseñador podría dar un giro radical, gracias a que la italiana retoma las formas de los años 50, donde se resaltan la cintura breve, las caderas prominentes y el escote generoso.
Sarah Mower, crítica de Style.com, afirma que "la colección misma es un cumplido humorístico y deliberado de lo que debe ser una mujer". La periodista hace énfasis en la manera en que la firma puntualiza los senos y asegura que "es refrescante ver cómo se concentra en otra imagen que no sea la de los zombies que recorren las pasarelas actuales".
El jazz, el new look de Christian Dior, el espíritu posterior a la Segunda Guerra Mundial y la atmósfera neoyorquina son algunos elementos que se descubren al observar uno de estos nuevos diseños.
Vestidos de línea A y falda amplia, suéteres gruesos de tejido de punto, abrigos de silueta acampanada y chaquetas con doble cuello se destacan como las prendas nostálgicas de la antología, pero que gracias a estampados gráficos y complementos con reminiscencias futuristas adquieren un aire renovado.
Son, precisamente, los accesorios una parte focal de la propuesta Prada y, en especial, las gafas. En la pasarela, se exhibieron anteojos alargados que llamaron la atención de los especialistas, razón suficiente para que la firma decidiera producir una línea exclusiva de lentes en su versión solar.
El Joe's Pub, de Nueva York, fue el sitio ideal para dar a conocer esta capsule collection llamada Prada Swing Sunglasses by Luxottica, que pretende incorporar la feminidad retro de los años 50 con el minimalismo de los 90.
Al ritmo de jazz se descubrió la imagen de estas gafas que, como pasa regularmente con las creaciones de la 'maison', representan un reto difícil de comprender en un principio, pero que al final seducen hasta al más mesurado.
Los complementos estarán disponibles a partir de octubre y vienen en tres sofisticados colores: negro, marfil y tortuga. Su diseño está inspirado en la nota conocida por los jazzeros como swing, la cual hace referencia a la transición que hay de un acorde a otro, y cuenta con una delicada curvatura que otorga la apariencia de una mirada felina.
Los asistentes a la presentación no tuvieron más remedio que dejarse llevar por la voz de Paula West y Nina Hagen, quienes cantaron en vivo para dar mayor impacto al estilo de la colección. Por si esto fuera poco, Angela Lindvall, una de las protagonistas de la campaña publicitaria -que fue fotografiada por Steven Meisel en Joe's Pub-, arribó al lugar para disfrutar de una noche llena de swing, moda y recuerdos.
