Monsiváis parte para siempre

"Muchas veces me encuentro personas que me dicen: Yo nunca lo he leído pero sí lo he visto en la televisión, ya por lo menos eso es grato". Con frases como ésta el escritor Carlos Monsiváis, quien falleció ayer en la Ciudad de México a los 72 años de edad, compartió el buen humor que siempre lo caracterizó, con cientos de laguneros lo acompañaron en su visita a la región en noviembre del 2008.

Por la trascendencia que tuvo la obra de Monsiváis en la literatura y la vida cultural mexicana, los escritores laguneros consideran la muerte del autor de "Amor Perdido", una pérdida en la identidad de un país, ya que el escritor fue un referente obligatorio en la formación de muchos creadores en el país y por supuesto la región.

"Monsiváis es el claro ejemplo de cómo México se relaciona con sus pensadores, la relación amor-odio es la única forma en que el pensamiento es capaz de involucrarse con las masas. Enemigo del PRI, seguidor ciego de López Obrador, tuvo comportamientos que invitan a la desconfianza, como su odio a los jipis, que evidencia un odio hacia lo no convencional", mencionó el escritor lagunero Carlos Velázquez sobre Monsiváis.

Velázquez, autor de la Biblia Vaquera, manifestó también que aunque es innegable que existe un antes y un después de Monsivaís en las letras mexicanas, con su partida no existe un hueco en el pensamiento mexicano, al contrario, va a florecer una nueva época.

Quien también se mostró conmovido ante la noticia de la partida del escritor mexicano, fue el autor de "Autoretrato con Rulfo", el lagunero Saúl Rosales, para quien Monsiváis no fue importante sólo en las letras mexicanas, sino en la cultura, la política y academia del país.

"Él estuvo muy al pendiente de lo que hacíamos los mexicanos, como se evidencia fácilmente en cualquiera de sus cuartillas, le preocupaba esta entidad que llamamos nación, estas entidades que llamamos ciudadanos mexicanos, es un autor cuya prosa incisiva y desenfadada penetró en varios sectores incluso los académicos".

El maestro Rosales aseguró que Monsiváis fue un prototipo literario, no sólo por la pulcritud gramatical de su prosa, sino por la burla y la mofa que llevó a cabo en sus textos de políticos y poderosos que fueron víctimas de su ironía y sarcasmo. Un clásico que se hizo referente para narradores, poetas y ensayistas, un caso poco común en las letras mexicanas.

 LAS REDES SOCIALES

Desde que se dio a conocer la noticia del fallecimiento Carlos Monsiváis, cientos de personas empezaron a enviar sus condolencias y a recordar al escritor en las dos principales redes sociales, Facebok y Twiter, donde conocidas figuras de la cultura mexicana como el narrador Guillermo Samperio, también lamentaban la muerte del escritor.

Algunos escritores como Alberto Chimal y Jorge Volpi, pusieron desde la tarde de ayer un mensaje en Twiter lamentando el deceso del autor, que fue multiplicado y reproducido en la red.

El poeta lagunero Iván Hernández, quien cuenta con uno de los blogs de literatura más visitado en la región, manifestó que la muerte de Carlos Monsiváis, precedida de la de José Saramago, hacen que la literatura estos días se resienta, pero que puede ser una oportunidad para leer y releer a dos grandes escritores contemporáneos.

"Se fue el cronista de todas las cosas. Qué increíble era la capacidad de Monsiváis para opinar sobre cualesquier tema que se cruzaba en el camino de su mirilla crítica y mordaz. Era una sabia piedra en la que tropezaba de forma recurrente siempre con la calma del que necesita voltear al diccionario una línea sí y otra también", recordó el poeta lagunero Iván Hernández.

 FERNANDO GÓMEZ MONT

Secretario de Gobernación

 CARLOS FUENTES

Escritor Mexicano

Su amiga

Tras lamentar la muerte de Carlos Monsiváis, la escritora Elena Poniatowska enfatizó que si alguien le hace falta a México, es precisamente ese escritor y cronista.

En entrevista, Poniatowska agregó que la cabeza de Carlos Monsiváis era una guía para los intelectuales de este país, ya que en su mayoría lo consultaban para escribir sus libros incluso, para recibir consejos de manera personal.

Recordó que además de colegas eran grandes amigos desde 1956, cuando platicaron por primera vez. Por ello, la muerte del escritor es una pérdida dolorosa en lo personal, para Elenita, como la llaman sus amigos.

Dijo que el legado que deja el poeta es incalculable, toda vez que su obra es gigantesca, abarca muchos campos, como la crónica, análisis, el ensayo, periodismo; era crítico de pintura y de política.

Agregó que era un intelectual muy preocupado por su país y que por ello decidió incursionar en la lucha social, con lo que se ganó ser la voz que más pesaba en el medio, por su gran espíritu crítico; además nadie poseía la información y generosidad que tenía.

La escritora indicó que durante su estancia en el hospital fue a visitar a su amigo, pero no tuvo suerte, "Fui al hospital a verlo, pero estaba en terapia intensiva y estaba inconsciente".