Cientos de miles de morsas han llegado a las costas del noroeste de Alaska porque el hielo donde normalmente descansan se ha fundido.
Los científicos federales dijeron que este traslado a tierra masivo no es normal en Estados Unidos. Sin embargo, ocurrió al menos dos veces antes, en 2007 y 2009. Esos años el hielo del Artico también registró niveles tan bajos que marcaron un récord.
Los científicos se preocupan sobre todo por las posibles estampidas de estos animales que pesan una tonelada y la posibilidad de que se aplasten entre ellas y a sus crías.