Al menos 15 personas perecieron en Irak en diversos atentados explosivos contra peregrinos que participaban en la última jornada de una celebración religiosa chii que atrae a cientos de miles de personas a Bagdad, dijeron las autoridades.
Las nuevos decesos ocurrieron un día después que casi 60 personas murieron en diversos hechos de violencia dentro y en las afueras de la capital iraquí, la mayoría de ellas por atacantes suicidas provistos con bombas.
Los agresores se volaron con sus explosivos entre los peregrinos que se dirigían a una mezquita en el norte de Bagdad para conmemorar el aniversario de la muerte de una reverenciada figura chii.
Aunque la violencia ha disminuido notoriamente en Irak respecto de su punto de mayor intensidad hace algunos años, los atentados contra los chiies devotos que vienen desde diversas partes de Irak a la celebración religiosa ponen de relieve el carácter provisorio de los avances en seguridad y los intentos persistentes de los rebeldes por fomentar divisiones sectarias.
Seis personas murieron ayer por la mañana al este de Bagdad y 36 resultaron heridas tras el estallido de una bomba en un camino cuando los peregrinos regresaban a pie a sus casas desde la mezquita en el vecindario de Kazimiya. Otra persona murió a causa del estallido de un coche bomba al sur de la ciudad.
Cinco personas más murieron y otras 42 resultaron heridas por el estallido de una bomba en un camino en el norte de la capital, dijeron autoridades de un hospital y de la Policía.
Y por la tarde, una bomba detonada al pie de una carretera al este de Bagdad mató a 3 personas e hirió a 21 en una calle atestada de peregrinos que regresaban a sus casas.
Los atentados ocurren en momentos en que Irak afronta dificultades para la constitución de un Gobierno, cuatro meses después de los comicios del 7 de marzo en los que no surgió un ganador claro que asumiera las riendas del país.
Mientras los bloques políticos opositores maniobran para integrar un gobierno de coalición.
