Sin nada. Una mujer intenta recoger algunas pertenencias en medio de los restos de su casa.
Cuadrillas de socorristas recorrieron diversos barrios de Mississippi repletos de viviendas destruidas y escombros, un día después de que un devastador tornado azotase el estado y matase a 10 personas, incluyendo tres niños.
Decenas de policías estatales voluntarios y otros agentes del orden llegaron también de varias partes del estado para ayudar en los esfuerzos de ayuda.
Los fuertes vientos arrancaron el sábado los techos de edificios en el condado Yazoo, donde residen unas 28 mil personas y donde se crió el gobernador Haley Barbour. El gobernador describió "la destrucción total'' entre las pintorescas colinas que se elevan desde el Delta del Mississippi.
"Este tornado fue enorme'', le dijo Barbour, mientras los rescatistas reanudaban las tareas de búsqueda.
El gobernador estimó que al menos unas 100 casas en el condado habían sufrido daños graves, pero agregó que el estimado pudiera aumentar.
Hablando en el estacionamiento de un restaurante dañado severamente, Barbour dijo que los equipos de emergencia acudirían a casas aisladas en zonas rurales a las que no pudieron llegar durante las primeras horas tras la tormenta del sábado.
Los meteorólogos dijeron que era demasiado pronto para determinar si un solo tornado o varios tornados más pequeños fueron la causa del sendero de muerte y destrucción en varias comunidades del estado. El mismo sistema atmosférico desató fuertes tormentas eléctricas en el sureste del país, derribando árboles, dañando techos y castigando algunas zonas con granizo.
100
CASAS
Resultaron dañadas del condado Yazoo, según reporte de autoridades.
