Una mexicana y un finlandés murieron en un ataque armado a una caravana humanitaria de activistas de derechos humanos en el estado sureño de Oaxaca, lo que desató condenas de organismos internacionales como la ONU.
El ataque ocurrió la tarde del martes en un paraje de la comunidad de San Juan Copala, en el estado de Oaxaca y a unos 500 kilómetros al suroeste de la capital mexicana, donde otra mexicana resultó herida por disparos de arma de fuego, informó en un comunicado la Procuraduría estatal.
La Procuraduría señaló que los dos cadáveres fueron identificados por sus acompañantes como la mexicana Beatriz Alberta Cariño Trujillo y el finlandés Jyri Antero Jaakkola, por lo que inició una investigación.
En la caravana viajaban unas 40 personas y se ha reportado la desaparición de los periodistas Erika Ramírez y David Cilia de la revista mexicana Contralínea. Grupos de derechos humanos dijeron la noche del miércoles que había un número indeterminado de activistas mexicanos y extranjeros que están desaparecidos, incluyendo un italiano, un belga y otro mexicano.
La Red Nacional de Organizaciones Cívicas de Derechos Humanos afirmó que estaba desaparecido otro finlandés, aunque la información era preliminar debido a la dificultad de conseguir noticias desde esa localidad.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México condenó el ataque y pidió a las autoridades a realizar una investigación expedita para dar con los responsables. Amnistía Internacional se sumó a la exigencia de una pronta indagación.
La agencia de la ONU expresó en un comunicado "su preocupación por el clima de violencia que ha prevalecido en la zona Triqui de Oaxaca, así como por la proliferación de grupos civiles armados en la región que operan sin control de las autoridades estatales".
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) señaló en un comunicado que la caravana estaba integrada por varios defensores de derechos humanos y observadores civiles, entre ellos ciudadanos de Finlandia, Italia, Bélgica y Alemania.
La organización civil refirió que los activistas atacados se trasladaban en tres vehículos hacia la comunidad de San Juan Copala, donde tenían previsto dar cobertura a maestros que regresaban a impartir clases en la municipalidad, además de que buscaba documentar violaciones a derechos humanos de comunidades indígenas Triquis de la zona.
San Juan Copala es una comunidad donde se han reportado conflictos de tierra entre grupos que se disputan el control local y ha provocado que civiles se armen.
"Había personas apostadas en la parte de una loma, sus armas tenían el alcance que no dieron ni tiempo siquiera para que el compañero que manejaba... se regresara", dijo Gabriela Jiménez Ramírez, quien viajaba en la caravana dentro de uno de los vehículos.
Relató que un grupo de jóvenes no mayores de 20 años, con máscaras, detuvieron a los activistas. Aunque ella fue liberada, dijo que vio como otros eran llevados mientras les apuntaban con armas.
Jiménez es una activista de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), un movimiento que en el 2006 tomó el control de la capital de Oaxaca para demandar la salida del gobernador Ulises Ruiz.
Señaló que sus captores dijeron ser parte de un grupo indígena triqui y afiliados al llamado Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), que más tarde rechazó cualquier participación.
"Nosotros no somos los responsables", afirmó Heriberto Pazos Ortiz, líder del MULT.
La embajadora de Finlandia en México, Ulla Vaisto, dijo a la AP que el gobierno de Oaxaca les había confirmado el fallecimiento de Jaakkola, un activista de 33 años de la organización no gubernamental finlandesa Uusi Tuuli.
"Absolutamente es necesario que se investigue este asunto y se esclarezcan todos los hechos y que los culpables sean castigados según las leyes mexicanas", señaló.
Refirió que el activista llegó a México a finales de febrero para trabajar en un proyecto de cooperación en Oaxaca.
