Las investigaciones para esclarecer el asesinato de Juan Sebastián Figueroa, hijo del compositor Joan Sebastian, ocurrido la madrugada del sábado, dieron un vuelco radical.
De acuerdo con testigos, el homicidio no fue producto de un altercado con guardias de seguridad del bar, sino que el crimen habría sido concertado porque el hombre que disparó contra el hijo del compositor estaba entre la cadena y la entrada de la discoteca hablando a través de su teléfono celular.
Esto es, dijeron los testigos, llegó antes que Juan Sebastián acompañado de tres amigos, entre ellos, dos mujeres.
Conforme con las declaraciones que rindieron, la tarde de ayer, algunos testigos en la carpeta de investigación SCO1/5416/2010, el homicida no fue un guardia de seguridad del bar Grand Hotel Cuernavaca, como lo había presumido la Procuraduría General de Justicia del estado, sino que fue un hombre que ya se encontraba en la puerta de acceso del Grand Hotel Cuernavaca.
Los testigos afirmaron que una vez que el autor material del crimen disparó en dos ocasiones contra Juan Sebastián huyó del lugar, cruzó la avenida Plan de Ayala -situado frente al negocio-, y después habría subido a una camioneta que aparentemente lo esperaba.
Juan Sebastián Figueroa González murió de dos disparos en cuello y abdomen que le provocaron "hemorragia aguda interna y externa por laceración pulmonar".
Un testigo de los hechos afirmó que al recibir el primer impacto de bala Sebastián todavía alcanzó a decir a su atacante: "me voy acordar de tu cara". Luego le disparó la segunda bala.