Por sorprendente que parezca, la ciudadana canadiense Gabriella Navy, decidió demandar por 600 mil dólares canadienses a la compañía telefónica Roger Wireless, después de que por "su culpa", su marido la cachara que le estaba siendo infiel, ya que le mandaron a él sus facturas telefónicas, en vez de a ella:
"El esposo utilizó la información que anteriormente había sido privada y confidencial, la cual el demandado de forma unilateral reveló al esposo para investigar sobre las personas a las que la demandante telefoneaba y la naturaleza de esas llamadas", se señala en la demanda que interpuso la mujer.