Este tipo de cáncer es un tumor maligno que se origina en el cuello del útero, que es la parte de este órgano que asomaen la cavidad de la vagina. El cáncer cervical es uno de los pocos tipos de cáncer que pueden ser detectados y curados en todos los casos practicando una técnica sencilla y barata (la citología vaginal), que permite realizar el diagnóstico de las lesiones premalignas y de los casos de cáncer in situ localizado.
Adiferencia del cáncer de endometrio, el cáncer de cuello afecta a mujeres más jóvenes entre los 45 y los 50 años. Si bien es posible detectar lesiones premalignas o carcinomas in situ en mujeres más jóvenes, incluso de 25 años. El número de casos de cáncer de cuello se estima en unos 2.000 al año, si bien su mortalidad es menor (unas 600 muertes al año por esta causa).
CAUSAS
Como en la mayoría de los cánceres, las causas exactas no se conocen. El bajo nivel socioeconómico, la falta de higiene y el inicio de la actividad sexual en los primeros años de la adolescencia implican un aumento del riesgo de cáncer cervical. Además, es conocido que el riesgo aumenta cuanto mayor sea el número de compañeros sexuales de la mujer y con el número de compañeras sexuales de sus parejas, es decir, con la promiscuidad sexual.
El cáncer de cuello crece localmente, pero al evolucionar puede extenderse a la pared pélvica, al parametrio (tejido que rodea al útero) y la vagina pudiendo, incluso, bloquear los uréteres que llevan la orina de los riñones a la vejiga u otras vísceras pélvicas.
SÍNTOMAS
Los signos y síntomas del cáncer cervical dependen del estadio de la enfermedad. Normalmente, en los primeros estadios no produce síntomas, sin embargo, al evolucionar puede producir un aumento de la secreción o hemorragia vaginal y hemorragias después del coito.
Durante los estadios más avanzados puede producirse una secreción sanguinolenta, dolor pélvico, dolor en la parte posterior de los muslos, etc.
DIAGNÓSTICO
La accesibilidad del cuello del útero permite visualizarlo directamente utilizando un espéculo (instrumento que facilita la exploración) y aplicando un colposcopio, que es una gran lupa que permite observar el revestimiento del cuello y detectar cambios que pudieran hacer sospechar la existencia de un cáncer.