Bebés. El área de Maternidad del Hospital General de Torreón se llenó de madres felices este Año Nuevo.
La cigüeña llegó con seis bebés al Hospital General de Torreón. En pleno Año Nuevo y con doble luna llena, dejó a las 00:06 horas al pequeño Adalberto Zúñiga, mientras que con Elizama arribó a las 02:36.
El área de Maternidad del Hospital General está lleno de mujeres felices. Ana Laura Pérez López, de 22 años de edad, sonríe cuando comenta que el doctor le dijo que su bebé, Adalberto, fue el primero en nacer este uno de enero de 2010.
"Trae su torta bajo el brazo", comenta Ana, pues a su bebé le regalaron una canastilla con ropa. Dice que presentía que nacería finalizando o comenzando el año porque los dolores comenzaron desde el 30 de diciembre.
Por eso, Ana y su familia no prepararon cena de fin de año. "Ya sabía que lo iba a tener pronto, así que decidimos no hacer nada en la casa. De hecho desde el miércoles andaba dando vueltas al hospital, pero los doctores me decían que aún no era tiempo".
Ana es madre de otros dos pequeños: de Cristian de cinco años, y Danna Paola de tres. "Cuando se despidieron de mí les dije que iba a regresar con su nuevo hermanito, Adalberto, es su regalo de Año Nuevo".
Adriana López es la abuela del pequeño Adalberto, quien pesó tres kilos al nacer. "La luna estaba redonda, bien bonita y muy grande. Creo que por eso nacieron tantos bebés; la luna les va a traer buena suerte".
La cigüeña también dejó a Elizama este uno de enero, justo a las 02:36 horas. Mayra Hernández, de 18 años de edad, es la madre de la pequeña, "desde hace tres años mi esposo y yo queríamos tener un hijo y no podíamos, así que es una niña muy deseada y esperada".
Mayra explica que el nombre de Elizama significa "Dios me la concedió a mí". Lo leyó en la Biblia y le gustó para su hija. "La esperaba hasta el cuatro de enero, pero creo que con la luna llena se me adelantó el parto; estaba dando el abrazo de Año Nuevo cuando comenzaron las contracciones".
Cuando le dijeron que estaba embarazada se quedó sin palabras, "pensé que no podía tener hijos. Mi esposo también está muy feliz, pero todavía no lo dejan entrar a vernos. Para mi hija quiero siempre lo mejor", comenta Mayra Hernández.
