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Nada se crea. Todo se destruye

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Luis Núñez Casillas

Las agruras del volcán, un árbol que cae, la hoja que muere ... la bomba atómica y el big bang:

Destrucción, el inicio universal. ¿Cómo te lo explico? Del polvo venimos y volveremos al mineral.

El rapaz apetito del caos nos alcanza, una perpetua descomposición total. La aniquilación se expande, alimentándose de todo lo que alcanza, (y todo lo alcanza)... hasta mi vecina dejará de ser bella un día (aunque sea una lástima) ...

El tiempo también hace su parte y nos oxidamos; y nos creamos el engaño de que construimos, cuando es lo contrario también.

Previa a toda construcción algo sacrifica su materia para dar paso a una nueva representación, que también será modificada en su momento.

La naturaleza lo sabe, es su tarea: Destruir para construir. Da las bases de toda futura creación. Preparándose para un nuevo génesis.

¿Construimos una casa? Tenemos que transmutar la forma del ladrillo para convertirlo en muro. ¿Una fogata? Y encendemos un fósforo para esto. Destruimos el lenguaje y lo deformamos a manera que mejor nos va ... Aplíquelo hasta en la sopa: para hacer una salsa licuamos el tomate, trituramos la cebolla y hervimos agua, y todo para hacer un caldo.

Somos tan frágiles, efímeros, y por lo tanto existe belleza en el acto devastador.

La destrucción es bella. En serio (las mentiras hacen llorar al Niño Dios).

Aldo Pelegrini dice: "Toca al artista revelar que la destrucción oculta un poderoso germen de belleza; así cuando se diga de una mujer, que es bella como la destrucción, se hace de ella el más alto de los elogios y se da a entender que no estamos frente a una belleza pasiva, sino frente a una belleza que tiene las cualidades del fuego y de la explosión".

Podemos romper vicios, arrancar ciclos opresivos, explotar nuestras cualidades, y transformar... cuando lo vemos así deja de ser incómodo, un tema tabú.

Dar al traste con objetos inservibles, sin sentido, feos o falsos; es demoler manías fosilizadas, que no ofrecen algo, estorbándole a la sociedad.

Crear es en definitiva transformar, es inherente del hombre.

Las malditas guerras tristemente traen una reestructuración social, y muchas veces mejoras y tangibles para lo que sobrevive. Ahora muchos jóvenes queremos cambiar el país, hacer una "revolución en las conciencias", y desde un ordenador decir palabras y palabras; los "jóvenes revolucionarios" que mediante un triste artículo queremos cambiar el mundo. Ingenuos ególatras. Lo que debemos hacer es destruir, sin tanto miramiento, ser duros y resolutos: a chin... el sistema y sus errores. ¿Por qué no proponer fuera del papel periódico?

Los parches no durarán, ni podemos tapar el sol con un dedo: la cosa está mal.

Sin miedo al cambio. Podríamos ser selectivos y empezar a cortar cabezas de una hidra de N número de cabezas, una tras otra.

Lo invito a construir destruyendo. La revolución está en las calles. Ya tiene los muertos; ahora sólo nos falta que esas bajas indeseables se conviertan en mejoras y cambio. Requerimos acciones concretas: los teóricos y quejosos no terminan de aportar más a este discursillo de 3 pesos.

Concluyo: la destrucción es inminente, no es negativa y hasta puede percibirse como bella, y la destrucción no es el final... es el inicio de algo más.

Si usted se pone triste... si decide que mis palabras son un cúmulo de tonterías y se olvidarán...o si está de acuerdo de ser parte de este irrevocable destino que no se puede parar ... sí, sí... sí, no ... la destrucción rules.

Inevitablemente, aunque no lo quiera, me voy ... me despido, voy a podar mi bonsái.

Tres puntos más... y lo quiera o no, la destrucción en su propio orden continuará, ¿jugamos a construir?...

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