Foto: CRISTAL BARRIENTOS
Por las calles de Torreón, Santa Clos reparte un "abrazo con apapacho" y grita a todo pulmón "jo, jo, jo". Su traje rojo y su barba blanca son inconfundibles. Cuando los niños lo ven corren a tomarse una fotografía y, claro, también a pedirle muchos, muchos regalos.
Con trabajo
Ah, pero Santa Clos es muy claro: "no quiero que me pidan muchos regalos porque los duendes ya tienen muchísimo trabajo envolviéndolos, jo, jo, jo. Sólo alcanzaré a entregar uno por niño. Sí hay pequeños que pidieron una laptop y les traigo otra cosa será porque seguramente se portaron mal".
Santa Clos no sólo reparte "abrazos con apapacho" mientras recorre las calles de la ciudad, también en las colonias y ejidos pobres en donde entrega regalos a los niños.
A Santa Clos le faltan dos dientes, por eso siempre les dice a los niños que se los laven muy bien para que no se queden chimuelos como él, pero lo más importante es portarse bien con sus papás.
"Tengo mucho trabajo y sólo alcanzaré a entregarle un regalo a cada niño. Si sus papás o tías les dan más está muy bien, pero Santa nada más entregará uno y siempre y cuando se hayan portado bien".
A sus 60 años de edad, Higinio Reyes Benavides es la primera vez que se disfraza de Santa Clos. Su barba blanca es natural y era tan larga como la del verdadero Papá Noel, "quise cortarla poquito y se me pasó la mano, jo, jo, jo".
Para Higinio ha sido una gran experiencia vestirse del hombre de rojo.
"La gente es muy buena y se alegra cuando me ven, pero también hay personas que están enojados con Santa porque no les trajo regalos cuando eran niños, y seguramente no lo hizo porque se portaron mal".
El hombre
A sus 60 años de edad, Higinio Reyes Benavides es la primera vez que se disfraza de Santa Clos. Su barba blanca es natural y era tan larga como la del verdadero.