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Nazarenos

Diálogo

YAMIL DARWICH

Nació en Belén y aún cuando los evangelistas no lo dicen claramente, los estudiosos del Jesús Histórico piensan que creció en Nazaret, Galilea, un pueblo habitado por pobres agricultores, pescadores y algunos artesanos, con un particular sentido de libertad e independencia.

Alejados de las principales vías comerciales, sobre una ladera montañosa, Nazaret era de poca relevancia política y económica, con habitantes que vivían en cuevas naturales o excavadas, a veces ampliadas con tejabanes, a unos seis kilómetros de Séforis, ciudad que llegó a ser capital, hasta ser destruida por Herodes, en el IV a.C.

Según Mateo, Jesús trasladó su domicilio a Cafarnaúm, centro de su vida pública, en la ribera septentrional del lago de Genesaret.

Desde ahí predicó, tomando la ciudad y casa de Pedro, como base.

Tomemos en cuenta que Cafarnaúm, se encontraba en la frontera de los territorios de Herodes y Filipo, muy cercana a las ciudades paganas de Tiro y Sidón, -Líbano- recibiendo influencia de la ética y Cultura Helénica, hecho importante para entender -históricamente- que Jesús tenía una formación religiosa más independiente de la influencia de fariseos y saduceos.

De hecho, Galilea llega a ser citada "de los paganos"; Isaías alude a un asentamiento extranjero, después de la conquista asiria del reino del norte -721 a.C.- y durante la rebelión de los macabeos -II a.C.- frecuentemente la nombran "de los extranjeros", siendo llevada a Judea la minoría judía, por Simón, hijo de Judas.

Finalmente, Aristóbulo I, -104-103 a.C.- conquista Galilea y la reincorpora a los judíos. Los iturios, llamados extranjeros, pudieron permanecer en el sitio a condición de circuncidarse.

Con lo anterior, podemos comprender un poco mejor la formación humanista de Jesús, que se oponía a las desviaciones que habían hecho los fariseos y saduceos de la interpretación de las lecturas sagradas.

Ahora, algunos piensan que al menos Juan, conoció la postura de los escenios, opositores de la deformación de la religión; de Jesús, no existe evidencia de un contacto directo con ellos, aunque sí lo haya tenido con el Bautista.

Si los sacerdotes y ricos insistían tener el culto en la sinagoga, Jesús predicaba en el campo y casas de sus seguidores; los fariseos insistían en el cumplimiento de la ley, por encima de todo y Jesús los denunciaba como sepulcros blancos por fuera y con la pudrición dentro; para los tradicionalistas existía un Dios que juzgaría y castigaría severamente y para el Nazareno la base religiosa era el amor y el perdón, dedicándoles la parábola del hijo pródigo.

Eran muchas las diferencias que indudablemente lo hacían peligroso.

Gerd Theissen y Annette Merz, ambos investigadores y estudiosos del "Jesús Histórico", describen las enormes deferencias entre los pobladores de Oriente Medio:

Socioecológicas: con una Galilea rodeada de repúblicas helenísticas, que agregaban conceptos de moral y justicia a las enseñadas en la Torá; económicas: tensiones entre ricos y pobres, donde los terratenientes sometían a los labradores, quienes veían desaparecer sus cosechas en los silos de los pudientes, llegando al extremo de ser esclavizados al no poderles pagar tributos y adeudos; étnicas: recelo de los dominados con los dominadores; de intereses grupales: fariseos y saduceos contra los herodianos, cobradores de impuestos.

En la historia aparecen repetidas rebeliones de los galileos, particularmente tras la muerte de Herodes I, cuando se debilita el reino y es repartido entre sus tres hijos.

Como ejemplo está Judas de Gamala, hijo de Esequíaz, que se apoderó del depósito de armas de Séforis, envolviendo a toda la ciudad en la violencia, provocando que Quintillo Varo, legado en Siria, la destruyera y vendiera como esclavos a los sobrevivientes.

Cuando fue destituido Arquéalo, de la administración de Judea y Samaria, pasando la autoridad directamente a los romanos, un tal Judas, el Galileo, se rebeló ante el abusivo cobro de impuestos y una generación después, -44 d.C.- dos hijos de éste, Simón y Jacob, también se sublevaron por los mismos abusos de Roma.

Hubo otros, como Teudas -44-45- y el propio Juan Bautista, que además criticó el comportamiento del monarca del país. Usted conoce la historia de Herodias y Salomé, y cómo concluyó con la decapitación del profeta.

El mismo Jesús, actúa expulsando a los mercaderes del templo, hecho que aprovecha otro líder rebelde; Barrabás el Celote, para llamar a la insubordinación.

Debemos recordar que a Jesús lo motivaban razones de respeto al culto y a la casa de Dios y que refiriéndose a los intereses monetarios, respondió a un herodiano que le preguntara maliciosamente sobre la licitud del Impuesto Romano: "Dadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

De cualquier manera, era un peligroso rebelde que había de eliminarse por seguridad nacional y bien general, aun el castigo que pudiera caer sobre las personas y sus descendientes.

Y no hemos cambiado.

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