Los neozelandeses confían más en las prostitutas que en los políticos, la segunda profesión menos valorada en el país del Pacífico, según una encuesta publicada en la prensa local.
Sin embargo, los profesionales con peor reputación en una lista de 40 profesiones son los vendedores de telemarketing, los comerciales que llaman a horas intempestivas al móvil o al teléfono del trabajo sin explicar cómo consiguieron el número.
El sondeo, realizado anualmente por Reader's Digest, sitúa a los políticos en el puesto 39 y a las profesionales del sexo en el 38.
Los otros diez profesionales con peor fama son los dependientes en las cadenas de comida rápida, los consejeros financieros, los directivos, los conductores de grúa, los periodistas, los agentes inmobiliarios y los vendedores de coches.
Los bomberos volvieron a retener la primera plaza entre los sectores más reputados, seguidos por el personal de las ambulancias, los pilotos, las enfermeras y los médicos.
Un piloto del Ejército, Willie Apiata, condecorado con la Cruz Victoria al valor en Afganistán, es la persona más querida en Nueva Zelanda por tercer año consecutivo.
En el segundo y tercer puesto se encuentran Kevin Milne, un presentador de un programa de televisión dedicado al consumidor, y el ex campeón olímpico Sir Peter Snell.