Una fuerte nevada, inusual en Gran Bretaña, dejó varados a centenares de conductores de vehículos, interrumpió los servicios de trenes y provocó cierre de aeropuertos y escuelas en todo el país el miércoles. (EFE)
Una fuerte nevada, inusual en Gran Bretaña, dejó varados a centenares de conductores de vehículos, interrumpió los servicios de trenes y provocó cierre de aeropuertos y escuelas en todo el país el miércoles, a raíz de la ola de frío más prolongada que se haya presentado en casi 30 años.
Los aeropuertos en todo el país quedaron paralizados. Centenares de vuelos en Gatwick y Stansted fueron cancelados, así como en London Luton. El aeropuerto internacional de Heathrow, el más congestionado de Europa, suspendió una decena de vuelos.
Las temperaturas gélidas también afectaron al sistema ferroviario de Gran Bretaña.
Varios tramos de las más importantes autopistas del país fueron cerradas y cuadrillas de soldados ayudaron durante la noche a rescatar a los conductores de unos mil vehículos que quedaron atrapados en una congestión de tráfico en Hampshire, en el sur de Inglaterra.
Hubo tanta demanda de rescatistas en el sur de Inglaterra que los guardacostas dejaron sus tareas marítimas y fueron a tierra a ayudar en la tarea de socorro.
Los servicios ferroviarios se vieron afectados y las líneas del sur de Inglaterra redujeron sus unidades.
El tren Eurostar, cuyo servicio que cubre la ruta a través del Canal de la Mancha se vio afectado por la nieve antes de Navidad, anunció la cancelación de cuatro de sus servicios el miércoles debido al mal tiempo.
A nivel nacional, miles de escuelas cerraron sus puertas.
Sin embargo, el servicio de transporte londinense, que prácticamente quedó paralizado cuando cayó una nevada en la capital en febrero, sólo sufrió ligeras interrupciones.