El sheriff del condado de Maricopa en el área metropolitana de Phoenix, Joe Arpaio, reconocido por sus políticas antiinmigrantes, declinó hoy buscar la gubernatura de Arizona en 2010, por lo que permanecerá en su cargo al menos dos años más.
El anuncio pone fin a meses de especulación, luego de que el propio Arpaio se encargara de difundir que estaba considerando seriamente buscar la candidatura republicana a ese cargo.
En un comunicado, Arpaio explicó que su decisión de permanecer como sheriff tiene que ver con el papel de la Junta de Supervisores del Condado de Maricopa para nombrar a su sucesor.
'El dejar esta oficina abierta a la designación de la Junta de Supervisores del Condado de Maricopa para un Sheriff interino, podría muy bien colocarnos en un camino que displacería a los votantes de este condado', dijo Arpaio.
De haber decidido lanzar su candidatura a gobernador, ello lo hubiera obligado a renunciar de inmediato y a que la Junta designara a un sustituto que se desligara de sus políticas antiinmigrantes.
El sheriff de 77 años de edad fue electo en noviembre pasado para su quinto periodo en ese cargo por una amplia mayoría de electores, a pesar de ser una figura polarizante en la entidad.
Arpaio, quien se promueve como 'el sheriff más duro de América', provoca divisiones al utilizar su corporación para perseguir a inmigrantes indocumentados por el sólo hecho de serlo, sin existir ninguna otra falta previa.
De hecho, la nueva ley antiinmigrante promulgada por la gobernadora Jan Brewer el pasado 23 de abril, acoge algunas de las prácticas de Arpaio.
Para el sheriff, la ley es clara y el inmigrante indocumentado es un criminal que debe ser detenido en la calle, en los centros de trabajo o donde se encuentre, para ser procesado y deportado.
Sus políticas antiinmigrantes lo han convertido en una figura popular entre los votantes conservadores, lo que le ha permitido sus continuas reelecciones en el cargo.
Sus redadas antiinmigrantes le han provocado choques con promotores de políticas más benévolas para los inmigrantes, como el alcalde de Phoenix, Phil Gordon y varios grupos de derechos civiles.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos mantiene abierta una investigación en contra de Arpaio por violación de derechos civiles, al haber sido acusado de incurrir en conductas ilegales de perfil racial para detener a indocumentados.
