Siniestro. El incendio en el Predio El Rosario se registró cerca de las 20:30 horas del 1 de enero. EL SIGLO DE TORREÓN
Un niño de ocho años de edad arriesgó su vida por salvar la de sus dos hermanas menores al ingresar a su casa mientras se incendiaba, para rescatarlas de las llamas. Luego de su acto heroico terminó con quemaduras de primer grado en el rostro y de segundo y tercer grados en piernas y brazos.
La primera noche de Año Nuevo Raúl se fue a acostar temprano para acompañar a sus dos pequeñas hermanas de tres y seis años de edad. Instante que Mariana, su mamá, aprovechó para ir a cobrar un dinero que le debían. Le pidió a su madre que la acompañara y aceptó.
La madre y la abuela de Raúl apenas iban llegando al domicilio ubicado a sólo dos colonias del Predio El Rosario, donde Raúl descansaba junto a sus hermanitas, cuando escucharon las sirenas que les dieron la primera alarma, misma que se confirmó segundos después cuando uno de los vecinos les llamó por teléfono para avisarles que su casa se estaba quemando.
Eran las 20:30 horas del 1 de enero cuando la serie que Mariana puso sobre el árbol de Navidad se quemó por sobrecalentamiento debido a que ya tenía dos años de uso. La casa estaba construida de pura madera y lámina, por lo que no tardó en arder en llamas.
Raúl despertó al sentir el calor de fuego, luego de cobrar conciencia de lo que sucedía su primera reacción fue levantar a su hermana de tres años, quien yacía dormida en su cama. La llevó afuera del jacal y la puso a salvo, pero el fuego se avivó aún más.
Se metió de nuevo a pesar de que las llamas le rozaban los brazos y las piernas, algunas llamaradas incluso le alcanzaron el rostro; y despertó a su otra hermana de seis años para llevarla hasta afuera protegiéndola para que no sufriera daños.
Fueron varios vecinos del Predio El Rosario los que vieron el acto heroico de Raúl, para entonces los Bomberos y la Cruz Roja ya iban en camino. Los primeros llegaron tarde, el jacal se consumió rápidamente junto a los muebles, ropa, papeles importantes y el poco patrimonio de la familia.
Los paramédicos atendieron de inmediato a Raúl para llevarlo al Hospital General, donde los médicos le apreciaron quemaduras de segundo y tercer grado en piernas y brazos, en el rostro presentaba quemaduras de primer grado, pero lo dejaron sin cejas, sin pestañas y con los párpados casi pegados.
Mariana y su madre iban de regreso a la casa cuando les avisaron que Raúl estaba en camino al Hospital General, en donde los médicos lo ingresaron de inmediato al quirófano.
EN RECUPERACIÓN Cuatro días después del incendio que pudo haber terminado en tragedia, Raúl se encuentra en proceso de recuperación; las lesiones causadas por las quemaduras van sanando y, según refieren los familiares, en dos semanas más podría ser dado de alta bajo cuidados estrictos.
Cirujanos y enfermeras se hacen cargo del paciente, madre y abuela de Raúl se turnan para cuidarlo en el hospital mientras se recupera. Pero el antecedente ahora las hace temer y lo que menos quieren es construir su casa otra vez de madera.
