Niños fuertes, internamente
Una persona desde que nace, es una ser autónomo e individual y como tal tiene sus propias características. Y a medida que crece emprende su búsqueda de saber quién es: acción que se le llama identidad.
Desde niños se inicia esta búsqueda, de saber quién es, qué le gusta, qué le desagrada, qué lo complace, y demás. Esto se refleja desde los juegos, sus preferencias por algunos programas de televisión, y en muchas más acciones.
De acuerdo con la psicóloga Bárbara Hernández Muñoz, en esta etapa, sus preferencias son fomentadas en gran parte por sus padres. “Si al papá le gusta el futbol le comprará balones y los inscribirá en un grupo, y si es niña, la mamá querrá que se estudie ballet”. Situación que podría cambiar en la adolescencia cuando el menor inicia nuevamente esta búsqueda o reafirma su identidad.
Pero es en la niñez cuando los padres tienen todo lo necesario para fortalecer la identidad de sus hijos. Para logarlo, es necesario conocerlos, estar cerca de ellos y saber qué es lo que le interesa.
“Cada pequeño tiene su inteligencia y habilidades para ciertas cosas”, señala la psicóloga. En ese sentido, los padres deben de fortalecer las áreas en las que el pequeño se desenvuelva con facilidad.
Es decir, si el menor es bueno para la actividad física apoyarlo para que continúe desarrollando este gusto, y así con las Matemáticas, manualidades e incluso su gusto por construir.
“Es recomendable reafirmar su identidad pero sin comparaciones”, dice la psicóloga. Esto es que, si uno de los niños es bueno para el ejercicio o las Matemáticas, y el otro no, los padres nunca deberán de hacer comparaciones. “Si los agredimos con esto constantemente, será como una manera de limitar sus capacidades, que en cada uno de nuestros hijos serán diferentes”, señala la especialista.
Y como los hijos son el reflejo de los padres, la psicóloga recomienda inculcar buenos valores desde casa. “Si un niño en su hogar ve golpes, maltratos, así será en su entorno, será un niño rebelde y agresivo con los demás”, indica Hernández.
Para evitarlo, comenta que es necesario inculcar los valores del amor y la honestidad, “y así formar a un niño con ética y con criterio, para que sepa qué es bueno y qué es malo”.
Así mismo, señala que la importancia de que el menor cuente con una figura religiosa, sin importar la religión. “Los humanos desde tiempos primitivos tenemos esa necesidad de creer en algún ser que esté más arriba que nosotros, que nos cuide y nos guíe, tal y como lo hicieran los incas, los egipcios, entre otras culturas”, explica la psicóloga.
Por otra parte, Bárbara Hernández menciona que, para que los niños tengan seguridad y confianza en ellos mismos, los padres juegan un papel de suma importancia.
Como ya se mencionó, los papás deben conocer a sus hijos y así, motivarlos en todas las acciones que ellos emprendan y estar siempre pendientes de sus logros por pequeños que estos sean.
“Por ejemplo, el hecho de que aprenda a pasear en bicicleta sin rueditas traseras, es un gran logro o bien, el hecho de que se amarre las agujetas de sus zapatos sin ayuda, en todas estas acciones hay que apoyarlos”, insiste la especialista, quien agrega que no sólo en sus logros sino también en sus dificultades.
Es decir, si cuando realiza su tarea ésta se encuentra sucia, “decirle, ‘te quedó bien hijo, pero pudiera estar mejor’. No hay que quitarles el mérito a los niños”.
Para que los pequeños sean personas de bien, el apoyo de los padres es esencial.