No alcanza. En vacaciones se autoemplean para amortiguar el gasto escolar; a muchas familias les causa estragos en el bolsillo. Se compran útiles y uniforme, como los niños de la colonia El Ciprés. JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ / EL SIGLO DE DURANGO
Por necesidad, en especial previo a entrar a clases, es que los niños salen a las calles a trabajar, ya sea para completar sus útiles escolares o para ayudar en casa.
La administración del DIF Municipal que concluyó ayer trabajó con 110 niños en el Programa de Protección y formación Integral a Menores Retirados de Calle (Promesa), a quienes se les brindaron cuatro talleres, uno de carpintería y piñatas; además, se trabajó con los padres para concientizarlos de los riesgos del trabajo a temprana edad y evitar la explotación, según informó Marco Antonio Aguilar, quien fungió como director del DIF Municipal Durango.
Las razones por las que los menores salen a las calles es "por la necesidad, ayudan a los padres, en vacaciones hay un altibajo"; es precisamente previo al inicio del ciclo escolar cuando más infantes se autoemplean en la calle.
Durante los tres años no se detectaron casos en que los padres obligaran a los niños a laborar ni casos de violencia intrafamiliar; se habla de manera estricta de niños con familia que trabajan en la calle.
RESPALDO
La instancia asistencial estuvo en contacto con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (StyPS) para evitar la explotación infantil y el pago de mano de obra barata en las grandes cadenas comerciales.
"Tienen que ir a la escuela", es el requisito para que los menores asistan a los talleres.
Marco Antonio Aguilar recalcó durante el proceso de entrega-recepción que los programas seguirían en marcha, ahora a cargo de la nueva Administración Municipal.