Tensión. Dos personas observan una mancha de crudo en una playa de Gulf Shores, Alabama. El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente estadounidense, Barack Obama, mantuvieron una conversación telefónica para relajar la tensión bilateral surgida a raíz del vertido de petróleo en una explotación de BP en el Golfo de México.
El presidente Barack Obama, en diálogo por telefóno con el primer ministro británico David Cameron, afirmó ayer que su frustración por la enorme fuga de crudo no constituía una crítica a Gran Bretaña, en momentos en que ambos intentan superar las tensiones entre sus países a causa del desastre ambiental en el Golfo de México.
El mandatario estadounidense y el primer ministro británico sostuvieron una conversación telefónica "cálida y constructiva" durante poco más de 30 minutos, afirmó la oficina de Cameron.
Obama agudizó en fecha reciente sus críticas contra la BP PLC, la cual ha tenido dificultades para frenar la fuga al mar de millones de litros de crudo de un pozo petrolero submarino, que está averiado.
Cameron está bajo presión para lograr que Obama baje el tono de su discurso contra una de las principales compañías del Reino Unido ante el temor de que salgan perjudicados millones de británicos y numerosos estadounidenses que tienen acciones de la BP en inversiones y planes de pensión.
El primer ministro "manifestó su tristeza por la catástrofe ambiental y humana", pero subrayó la importancia económica de BP para Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países, dijo la oficina de Cameron.
Obama reconoció que BP, a la que se ha referido en público por su antiguo nombre de British Petroleum, es una compañía multinacional "y que las frustraciones a causa de la fuga de petróleo eran ajenas a la identidad nacional", agregó.
El presidente de Estados Unidos dijo que no tenía interés en socavar el valor bursátil de la BP. Las acciones de la compañía han perdido el 40% de su valor desde el incendio en la plataforma petrolera ocurrido el 20 de abril y que causó el peor desastre petrolero en Estados Unidos.
Downing Street dijo que ambos gobernantes coincidieron en que BP continúe "trabajando intensivamente para garantizar que todas las acciones, delicadas y razonables, sean emprendidas de una manera rápida y factible para afrontar las consecuencias de esta catástrofe".
La Casa Blanca dijo en una manera más sucinta que Obama y Cameron conversaron sobre las consecuencias de la fuga de petróleo y reiteraron que "la BP debe hacer todo lo que esté a su alcance para responder de una manera efectiva al problema".
Talibanes querían atacar a Cameron
Los talibanes afganos confirmaron ayer que pretendían derribar el helicóptero del primer ministro británico, David Cameron, durante su visita este viernes a la provincia sureña afgana de Helmand, según un portavoz de las milicias insurgentes.
Cameron, que viajó el viernes por sorpresa al sur afgano, se vio obligado a suspender su visita a una base militar británica, después de que los servicios de espionaje interceptaran dos llamadas de teléfono en las que se mencionaba un ataque contra un helicóptero.
Según dijo ayer en entrevista con la agencia afgana AIP el portavoz talibán Muhamad Yusuf Ahmadi, las milicias conocían que Cameron visitaría la zona de Shoraab y otro distrito de Helmand dos días antes de que se produjera el viaje.