Andrés Guardado y Jonny Magallón en rueda de prensa este lunes en el hotel Thaba Ya Batsawa, sede de la concentración de la Selección Mexicana de fútbol para el Mundial de Sudáfrica 2010. (El Universal)
Toda la alegría que proyecta Andrés Guardado en la cancha se ha apagado con la oscuridad de la banca. El técnico de la Selección Nacional, Javier Aguirre, ideó una formación para enfrentar el Mundial de Sudáfrica, en la que el mediocampista parece no tener cabida.
Con la oportunidad de emigrar del Deportivo La Coruña a un equipo de mayor peso en Europa, el tapatío se siente en desventaja para alcanzar ese objetivo.
El volante tricolor había manifestado algo de inconformidad por los pocos minutos que tuvo durante la pretemporada por Europa, desde el juego en Bruselas ante Italia, aunque siempre marcó la línea entre la molestia profesional y la personal.
Este lunes volvió a dejar bien claro que si no juega, no es “porque tenga un problema personal con Javier”.
“No quiero hacer polémica, [pero] no me gusta estar en la banca. Eso es algo normal en cualquier jugador que sea ambicioso. Uno quiere jugar, el jugador que me diga que está contento en la banca, qué hace jugando al futbol. Soy ambicioso, quiero jugar y demostrar lo que he aprendido en estos cuatro años en Europa”, dijo “El Principito” en conferencia.
A tres días de que inicie la participación de México en la Copa del Mundo de Sudáfrica, Guardado no sabe si iniciará ante los locales o si al menos tendrá algunos minutos de juego para volver a explotar de alegría como antes.
“No sé si estoy considerado. No he tenido mucha actividad, pero esas son cosas que decide Javier, uno quiere estar en todos los minutos, más en el partido inaugural”, comentó el mediocampista, quien no se resigna, pero entiende el dilema del entrenador nacional.
“Si Javier ve que otros compañeros están mejor capacitados, hay que apoyar al grupo, que en este momento es lo más importante, no el aspecto personal, porque si logramos un buen Mundial como equipo, después nos va a ir bien”, refiere.
Asegura que por ahora no tiene prisa por salir del Depor, con el que le quedan dos años de contrato; Guardado explicó que para un futbolista con el objetivo de terminar de venderse a los mejores clubes del mundo, estar en la banca de su representativo nacional durante la Copa del Mundo es lo mismo que haber sido llevado a un cementerio.
Andrés, quien antes de unirse al Tri había sido puesto en diferentes equipos de España e Inglaterra y quien en Alemania recibió la visita de su promotor Mario Ordiales, añadió que perderse minutos en los partidos mundialistas le afecta, pues “hay visores y equipos de todos lados viendo el Mundial, no sólo a mí, pero claro que se van a fijar en los que estén jugando, no en los de la banca. Si no estás ahí es difícil que te hagan un seguimiento, pero confío en mi trabajo, esté en la banca o no, y después, con base en lo que he hecho, se podrá ver si hay equipos de mayor jerarquía para salir, aunque si no se da, me quedo encantado en el Depor”.
La confianza que irradia un chico que conoció buena parte del éxito con 20 años de edad se refuerza con sus palabras, siempre sin darle muchas vueltas al asunto. Hoy no le han comunicado ni piensa en salir del Deportivo La Coruña; entiende la Copa del Mundo como la vitrina para venderse a un mejor club y lucha por salir a escena, a los reflectores.
“Y si me toca jugar, quiero que se note que Guardado está en la cancha”.
