H An pasado con la gracia de siempre los días de fiestas navideñas. En el resumen mundial está por destacar en estos días sosiegos, el frustrado intento de terrorismo de un nigeriano en un vuelo de Delta Air Lines de Ámsterdam a Detroit, Michigan, de los Estados Unidos, que condujo al incremento de medidas extremas y a veces ridículas de todos los vuelos hacia el país más poderoso del orbe, y por ende, ocupando millones de horas-persona de todos aquellos que tienen que volar a ese país. Está también por supuesto el "gasolinazo" antes de terminar diciembre que el Gobierno Federal nos ha infringido a todos quienes tenemos auto y hacemos uso de él, no obstante aquella promesa de Felipe Calderón de congelar los precios de los energéticos en 2009. Vale la pena decir que es la segunda ocasión que Calderón miente abiertamente en cuestión tributaria, ya lo había hecho en uno de los debates cuando era candidato a presidente, en busca del voto, habló de simplificar y de bajar impuestos, y nos terminó recetando lo contrario a los contribuyentes. Del 15 al 16% del IVA y del 28 al 30% del Impuesto Sobre la Renta, además de la creación de Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU). Podrá decir que factores impredecibles le aparecieron al hoy presidente de todos los mexicanos, pero en estricto sentido, ya ha sido muy impreciso en sus dichos. Le ha cargado la mano a los de siempre.
Apenas comenzando enero, por supuesto, está ya en vigencia el aumento al IVA del 15 al 16% y las medidas estúpidas de los burócratas de Hacienda que valen sólo la tasa anterior si ésta se paga antes del día diez del presente, trastocando con ello las contabilidades de miles de empresas que sufren la falta de liquidez de la economía nacional. No vale ya la pena gastar tinta en hablar que México está en manos de una numerosa mayoría de burócratas sin escrúpulos que poco piensan en el bien común de los mexicanos.
Todo esto ocurrió en los últimos días del desafortunado 2009, mientras la mayoría vacacionaba o pasaba días de recogimiento. No así en todos los ayuntamientos de Coahuila, en particular de Torreón, que siendo el segundo municipio más poblado, y hogar de la clase empresarial más independiente del estado todo, regresaba a ser gobernada por el PRI. El cuatrienio pasado, La Perla de La Laguna, cayó en el peor de los escenarios. En 2005 al poder estatal llegaba un priista de cepa, de hueso colorado; para acabarla, cien por ciento saltillense, el profesor Humberto Moreira Valdés. Y en Torreón, con la inercia del mito Zermeño, arribaba el necio José Ángel Pérez, bajo las siglas del PAN.
Muy pronto se materializó la desgracia de los torreoneses: el gobernador nos mandó al olvido, amén de los innecesarios desplantes que el Municipio un día sí y otro también le hacía al Gobierno del Estado, mientras que el aparato estatal enfocó sus baterías al trabajo social de clases populares que le rindieron los inmejorables frutos: entre las elecciones locales para renovar el Congreso local en 2008 el PRI ganó todo, 20 de 20 distritos. Para las elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados en julio del año pasado fue lo mismo: siete de siete. Las votaciones para presidentes municipales fueron en octubre pasado y el PRI es ya hegemónico, con excepciones que no llegan al 10% de la población total estatal. Por lo que en Coahuila a nivel municipal gobierna hoy el PAN es una ternura.
Así entonces José Ángel se fue por la puerta de atrás, no tuvo el decoro de ir al relevo constitucional del poder, además, estuvo diciendo las cosas que siempre dijo, como que a Torreón nada más le falta cambiarle foquitos y barrerla, pero ¿qué se podía esperar ya de él? En tanto el nuevo alcalde, Eduardo Olmos parece que entró con todo. Pero hay una salvedad. Entró de esa forma porque Humberto Moreira así lo ha dispuesto. Tan es así que ha venido a pasar una semana entera en Torreón, anunciando obras por todas partes para beneficio en general de los torreonenses e inaugurando magnas obras como el Nudo Mixteco, aparte del plan grande de pavimentación. Pero hay un detalle.
El gobernador Moreira parece estar confirmando que a Torreón le ha ido mal cuatro años porque tuvo un alcalde como José Ángel Pérez, con toda su limitación en el quehacer político del edil, pero el gobernador no hace sino también reafirmar que él también tuvo comportamientos como el más reciente ex alcalde de Torreón, guiado como Pérez, más por el hígado que por la razón, por lo que hay que pedirle al profesor Moreira que por favor no le haga lo mismo el resto de su mandato que el flaco favor que José Ángel le hizo a la ciudad que acaba de dejar de gobernar.
En otras palabras: que el gobernador Moreira no vaya a ser nunca otro joseangel. Ya ha sido demasiado ¿no?
Eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx