Histórica. La líder de la democracia en Birmania, Aung San Suu Kyi (c-i), saluda a su hijo Kim Aris.
La principal activista a favor de la democracia en Mianmar se reunió con un hijo al que vio por última vez hace una década, en un momento emocional en el aeropuerto de Yangon 10 días después de ser liberada de prisión.
Kim Aris, hijo de Aung San Suu Kyi, obtuvo finalmente un visado por parte del régimen militar del país, tras esperar varias semanas en la vecina Tailandia. Justo antes de entrar a la terminal del aeropuerto, Suu Kyi, de 65 años, dijo estar muy contenta.
La activista, ganadora del premio Nobel de la Paz en 1991, fue liberada el 13 de noviembre, tras pasar más de siete años bajo arresto domiciliario.
Las lágrimas llenaron los ojos de Suu Kyi cuando vio por primera vez a su hijo. Un sonriente Aris, de 33 años, la rodeó por la cintura mientras ambos posaban brevemente para los fotógrafos y después salían del aeropuerto de la mano.
Demostrando apoyo por la lucha que ha llevado a cabo su madre, Aris mostró su brazo derecho ante los guardas de seguridad y el público para enseñar un tatuaje de la bandera y símbolo del partido de Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia. Suu Yi lo examinó de cerca y sonrió.
A través de su abogado, Nyan Win, la activista agradeció a las autoridades la emisión del visado de su hijo, quien vive en Gran Bretaña y vio a su madre por última vez en diciembre del 2000.
A Aris se le negaron visados de forma continua a través de los años.
Suu Kyi fue arrestada por primera vez en 1989. Llevaba detenida 15 de los últimos 21 años. La activista ha desafiado a la junta con sus llamados a la democracia, pero es muy popular con la población.
Durante una entrevista la semana pasada con The Associated Press, Suu Kyi admitió que sus años de activismo han sido duros para su familia.
"Sabía que habría problemas", dijo. "Si uno toma una decisión ha de estar preparado para asumir las consecuencias".