Como todos los héroes cuya misión es vigilar la tranquilidad de las personas, mientras la ciudad espera con el paso de las horas la visita de Santa Claus en una fría Nochebuena, armados de valor y orgullosos por ejercer un oficio cuya máxima recompensa es la gratitud, los bomberos de Torreón festejaron la Navidad entre una rica cena y los servicios de emergencia que atendieron la pasada noche del 24 de diciembre.
Acostumbrados por el peso de los años, a que en su oficio no existen los festejos del 10 de mayo, día del padre, cumpleaños o cualquier otra fecha que las personas con un trabajo normal celebran, estos laguneros cuya heroicidad anónima no los hace indiferentes ante la Nochebuena, también prepararon su cena, brindaron por la Navidad y entonaron una oración en la que no pidieron por ellos ni sus familias, sino por quienes en estos momentos tienen una necesidad.
Un menú que rompió con la tradicional carne asada de todos los años, fue la misión del oficial Benito, encargado de turno en la Estación Central de Bomberos de la calzada Colón, quien con la ayuda de su esposa preparó pierna, puré de papa, queso crema con perejil, sopa de espagueti, y un postre de pay de queso, el brindis con refresco, alimentos que los reunieron después de las 9:30 de la noche en torno al comedor ubicado en la cocina.
Entre las anécdotas, la nostalgia pasajera que produce recordar a la familia y los buenos deseos, faltando tan sólo cinco minutos para que el reloj marcara las 10:00 de la noche, inició la cena navideña de los bomberos laguneros. El sonido prolongado de una alarma, seguido por cuatro timbres breves más (clave de emergencia intensiva) interrumpió la cena para la primera cuadrilla antes de probar el primer bocado.
Movidos por el instinto los cuatro elementos al mando del oficial Benito, salieron corriendo de la cocina, se enfilaron para tomar en la marcha su equipo de seguridad y una vez en la patrulla, acudir al destino señalado, una casa detrás de la Jabonera la Unión, ubicada al poniente de la ciudad, primer despeje que los héroes del fuego, hicieron antes de que Santa Claus "pisara" Torreón.
EL VALOR TIENE ROSTRO
Para Cristian Fernando Ríos, chofer de las unidades de emergencia de la estación, este es su sexto diciembre en cumplimiento de su deber, y para él, ser bombero más que un trabajo es una vocación, un gusto, un sentimiento, un impulso que lo motiva cada mañana a levantarse y enfrentarse al peligro, ya que como para el resto de sus compañeros, nadie es bombero por el salario.
"Al igual que todos mis compañeros yo me siento muy orgulloso de estar aquí, porque desde este lugar estamos cuidando a todas las familias laguneras. Mi familia siempre me despide con la tristeza natural que produce que no pasemos esta fecha juntos, pero más allá de eso sé que se sienten orgullosos de saber que gracias a mi trabajo mucha gente estará tranquila".
Para los elementos que resguardan la tranquilidad de la ciudad desde la unidad central de Bomberos de Torreón, la cena de Navidad también fue en familia. Los elementos del cuerpo de Bomberos trabajan turnos de 24 horas, un día completo trabajan y un día entero descansan, lo que ellos resumen como pasar el tiempo con su segunda familia, con quienes pasan la mitad del año.
"Como pasa en toda familia, entre nosotros estamos todo el día cantando, bromeando, nos contamos nuestros problemas, tratamos de entender a los compañeros, nos vemos como hermanos. También a veces estamos peleando entre nosotros, pero luego ya se nos pasa, como una familia tal cual, con la diferencia que al salir a una emergencia, no vemos en el otro un compañero, sino un hermano que te puede salvar la vida", comentó uno de los elementos del turno.
SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Aun cuando para los bomberos laguneros siempre que una situación de emergencia tiene un final feliz, sienten la paz de la misión cumplida, aunque todos aseguran que lo mejor sería pasar la noche sin novedades. Con el sentimiento navideño a flor de piel y la cena preparada, Eduardo Castro, quien se encuentra siempre apartado del grupo por ser el operador de los teléfonos y el radio, da un parte donde informa un choque sobre el puente de las Dalias, el saldo una persona muerta.
"Este tipo de cosas son las que a veces nos hacen poner a pensar, porque cuando uno está en contacto con el peligro siempre tiene que ver la tragedia de frente, y aveces eso hace que ya no disfrutes tanto un momento, como por ejemplo ahorita que nos enteramos de la persona que falleció en este accidente de tránsito", comenta con la mirada baja uno de los elementos ante el parte radial de las 11:00 de la noche.
Eduardo hace parte de los tres elementos discapacitados que desde hace 8 años se integró al cuerpo de bomberos en la recepción de las llamadas y la operación de los radios de comunicación interna, es el encargado de sonar la alarma para que advertir a sus compañeros de alguna emergencia y comenta que minutos antes de esta Navidad, una palma incendiada, fuego en un lote baldío y las alertas producidas por la quema de pólvora, fueron las emergencias más recurrentes.
Pasadas las 12:00 de la noche los elementos de la primera cuadrilla que interrumpió su cena, regresaron a terminar de cenar, descansar y estar listos en caso de que se presentara otro llamado de la ciudadanía.
Con el cansancio en la mirada y los golpes del frío, los bomberos laguneros regresaron con el mejor regalo que les pudo dar esta Navidad Santa Claus, llegar sanos y salvos de nuevo a la estación y tener la paz del deber cumplido.
LLAMADOS
Recibieron los bomberos antes de la Navidad.
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ELEMENTOS
Vigilaron desde la Central de la Colón la noche del 24.
CRISTIAN FERNANDO
Bombero operador
Una fuerte vocación
Aunque las condiciones laborales de los bomberos de Torreón mejoraron notablemente durante esta administración, quien decide servir a la comunidad desde esta trinchera lo hace más por vocación que por cualquier otra cosa. El salario de un bombero común es de 3 mil 60 pesos a la quincena, trabajan turnos de 24 horas y la mayoría de las situaciones que atienden en un día normal, son consideradas de alto riesgo, ya sea por la naturaleza de la emergencia o por el lugar donde esta sucede, que en muchas ocasiones son colonias con alto índice de peligrosidad.
Sin embargo, las condiciones laborales adversas a las que se han enfrentado estos héroes anónimos, no los ha alejado de su oficio, la mayoría de ellos tiene varios años entregando su vida a apagar el fuego y apenas el año pasado (2009) su ingreso promedio era de mil 900 pesos a la quincena y la mayor parte de los elementos no contaba con una planta, por lo que no gozaban tampoco de prestaciones como seguro de gastos médicos mayores o demás.
Una de las reflexiones a las que llegan quienes están dedicados literalmente a servir a la comunidad, es que el mayor pago por su servicio lo entregan las mismas personas a las que atienden en una emergencia, ya que poner a salvo una vida no tiene precio y por eso se han mantenido firmes día tras día haciendo lo que más les gusta, ser integrantes del cuerpo de Bomberos de Torreón.
"Tengo casi 16 años como bombero y es un trabajo al cual le tengo mucho respeto, además de cariño", dice uno de los bomberos que se reunieron este 24 de diciembre en torno a la mesa para recibir la Navidad trabajando. Un grupo variado de elementos en donde el de mayor antigüedad tiene casi 16 años y el de más reciente ingreso tiene apenas 2 años como bombero y 20 años de edad.
En familia. Para los elementos del cuerpo de bomberos de Torreón que recibieron el pasado 24 de diciembre la Navidad trabajando, sus compañeros son su segunda familia.
