"Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos, sin responsabilidad, quizá, no merezcamos existir". Palabras de José Saramago que cita el Maestro Lorenzo Alejandro López Barbosa en su texto titulado "Al filo del surco", campesinado y desarrollo sustentable, que ha dirigido a los estudiosos de la agronomía y en general a todas las personas dedicadas a la producción rural cuyo interés se enfoca al desarrollo rural sustentable, la sociedad rural, recursos económicos, planeación, entre otros.
El profesor López Barbosa, de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, presenta su texto cuestionando una gran reflexión sobre el quehacer en el campo y los campesinos y se desliza en las páginas de la historia agraria de México, haciendo énfasis en la búsqueda continua del contacto con el México rural "bronco, adusto y dinámico, cuyos elementos se mueven, se retan, luchan y sin embargo no se rinden a pesar de la fatiga". El nombre lo dice todo "la compleja problemática del medio rural motiva a observarla como un surco; podemos repasarlo y recorrerlo una y otra vez, sin perdernos, su trazo evita inclusive, que podamos confundir los caminos, por ello ofrezco estas reflexiones procurando mantenerme en su filo donde se cultiva y se cosecha, para no perdernos". Menciona el autor.
En su contenido que consta de cuatro capítulos y una atinada reflexión final, cita en el primero de ellos lo relacionado con el desarrollo rural conceptualizándolo y enfatizando sobre su devenir histórico y las diversas doctrinas desarrolladas en diferentes épocas, pasando por grandes autores que aportaron principios fundamentales para el desarrollo económico de México, y dice, "el problema central del desarrollo consiste en incrementar la productividad y la eficiencia económica", es como un texto para los servidores públicos encargados de dirigir los destinos agroalimentarios de nuestro país.
El desarrollo para el autor, exige transformaciones profundas en donde se deben dar los cambios necesarios estructurales e institucionales aplicando métodos atinados para aprovechar el potencial productivo, tan es así, que el desarrollo es un proceso inherente al ser humano y a su evolución, no puede renunciar a ello, es propio de su naturaleza. De ahí el autor pasa a la sustentabilidad en donde sostiene que el desarrollo sustentable configura un nuevo paradigma "que se articula en torno a un proceso gradual de transición hacia formas cada vez más armoniosas de utilización de los recursos naturales". Hace mención asimismo, sobre la tarea, motivo y finalidad actual de la sustentabilidad aplicada a los procesos de desarrollo productivo en general. Finalmente en este capítulo señala la importancia de relacionar la sustentabilidad con el desarrollo rural.
En el gran recorrido de su texto se encuentra un sinnúmero de reflexiones sobre la sociedad rural mexicana, su desarrollo y crisis, las formas de producción campesina, haciendo énfasis en la competencia de los campesinos con las empresas capitalistas, analiza de una manera detallada la economía campesina y sustentabilidad.
En este desarrollo literario, se establece una propuesta para instrumentar el desarrollo rural sustentable, y es el último de los capítulos, en donde se mencionan las consideraciones necesarias en la construcción de procesos de desarrollo rural, así como las fases en la construcción de procesos de desarrollo y planeación del manejo sustentable de los recursos.
Es importante destacar lo mencionado en la reflexión final que serviría de apoyo a un verdadero desarrollo agroalimentario en nuestro país, ya que el autor menciona dos grandes imperativos: "impulsar la inclusión social condenando entonces a la exclusión de la que son, y han sido objeto, múltiples actores de nuestra sociedad; y, promover y consolidar acciones para que el futuro de la humanidad no esté tan comprometido por la vulnerabilidad ambiental, y de ser posible, revertir la tendencia negativa de deterioro".
Dentro de estas reflexiones destaca también que el desarrollo sustentable implica otras cosas, entre ellas las políticas públicas y los compromisos sociales que se deben dar con responsabilidad, ya sea en mediano o largo plazo, se necesitan cambios en otros ambientes como las estructuras productivas, las tecnologías adecuadas a la producción alimentaria, la diversificación alimentaria, la industrial, la energética y de servicios, integrar cadenas de producción- consumo, buenos esquemas de apoyo financiero, infraestructura productiva y adecuados estudios de comercialización e instrumentos eficientes y efectivos de apoyo al consumo y sobre todo la defensa del consumidor.
Este gran instrumento no debe faltar en las bibliotecas de las escuelas y facultades dedicadas al desarrollo productivo rural, ya que es un texto de valor incalculable que deben utilizar los estudiosos de la materia, sin pasar por alto que servirá como apoyo a los servidores públicos en los tres sistemas de Gobierno, para fundamentar, estructurar y llevar a cabo la toma de decisiones sobre el destino agroalimentario de nuestro país.