En el mes de junio, dedicamos el Diálogo a recuerdos de La Laguna, festejando un texto que promueve la cultura lagunera: "Cuéntame tu Historia"; ya antes lo habíamos hecho, con otro titulado "El Torreón que vivimos", de Germán Froto y Madariaga, Marco Antonio Morán Ramos, Belarmino Rimada Peña y Nicolás Zarzar Charur; también con "Cien personajes Populares de Torreón, Gómez y Lerdo", de Alfredo Jaime Miranda; todos, tomos dedicados a las añoranzas de quienes vivieron nuestra región hace decenas de años, cuando la violencia y la inseguridad aún no la infestaban y se podía pasear por sus calles sin temores, aun a altas horas de la noche.
Jorge Chavarría Rodríguez, es un lagunero que debió emigrar al estado de Michoacán por razones de trabajo; me envió un correo electrónico, donde hace el amistoso comentario: "Felicidades Doctor De-a-mil; ¡A cuántos años me remontas con tus palabras! En lo deportivo también hay muchos personajes. ¿Recuerdas cuando había para ir a divertirse al Cine Martínez, al 2 por 1, pagando 0.75 centavos; yo me juntaba con algún otro amigo para que completáramos esa cantidad; y por otro lado, la Plaza de Toros Torreón, las funciones de lucha libre ... ¡qué belleza, qué recuerdos!; al Cosaco Loco y al Bello Willy, contra Polo Torres y Goliat; de réferi de lujo, el señorón Nato Chavarría, mi Señor Padre, el paladín de los justicieros en el ring ... ¡qué tesoro!"
"Cuando tengas algo de tiempo, incluye estas maravillas, aún habrá muchísima gente que recuerde esto con alegría"...
Él, como muchos paisanos, suspira por nuestra región y cuentan historias a sus hijos, que les hacen mantener cariño por nuestra tierra, incluidas sus altas temperaturas y tolvaneras.
No son los únicos libros que nos narran anécdotas y entregan datos históricos; hay otros igualmente importantes, que dejan asentada la forma de vivir en aquellas épocas.
Recientemente, el odontólogo Carlos González Puente, presentó su libro "Recuerdos del Viejo Gómez Palacio", en el que se regodea haciendo memoria de hechos ocurridos en el pasado, insistiendo en el año 1928, cuando llegó con su familia a La Laguna.
Narra sus experiencias al transportarse en el tranvía, adelanto en la comunicación regional, de los primeros en México -que hemos perdido por falta de visión- aunque reconoce haber utilizado el "eléctrico", ya que del "tirado por mulas sólo supo de oídas"; hace memoria de las entregas de agua en "pipas", que llevaban el producto hasta negocios y casas, incluidos los cargadores, personajes que transportaban en botes de "cuatro hojas" el preciado elemento, que tomado de "La Casa Redonda", particularmente limpio y dulce, vendido en hogares de personas con mejor posición económica.
Por cierto, nos da toda una explicación de las dificultades que debía vencer para darse un baño: desde transportar y calentar el agua, hasta lavarse las manos en palanganas dedicadas específicamente a ello, que requerían de rellenado y limpieza posterior a su uso.
También recuerda la Huerta de los Chinos y la misteriosa "Casita del Japonés", a quien acusaban de espionaje durante la Segunda Guerra Mundial, un mito urbano que pocos recuerdan, particularmente los jóvenes, a quienes les debemos esas historias para alimento de su espíritu.
Sigue describiendo a aquel Gómez Palacio, con particular sentimiento y nos lleva al Hospital Civil y sus primeras construcciones, al Cerro De la Pila o los bombardeos aéreos durante la Revolución Mexicana y los trascendentes combates que se presentaron en La Laguna.
Ese libro se suma a otros, como el titulado "Apuntes Históricos de Ciudad Lerdo", de Jaime Soto Castro; o "De Paisita a Paisita", escrito por Pablo Ortega Mata, otro lagunero enamorado de su tierra, referente a anécdotas de San Pedro de las Colonias, quien nos narra los antecedentes de los despepites, los leones a la entrada de la ciudad o la sección del panteón dedicada al entierro de fallecidos por la gripe española, pandemia del pasado.
Esos textos hacen referencia de personajes de época, tan importantes que aún viven en la memoria de muchos; todas esas lecturas encabezadas por el trabajo de investigación análisis y asentamiento histórico de "Aquel Torreón" y "Este Torreón", documentos de lectura obligada, clásicos de consulta para los amantes de la historia regional, escritos brillantemente por Don Homero del Bosque Villarreal, ex presidente y excronista de Torreón.
Aquello de "todo tiempo pasado fue mejor" no es valedero, aunque para quienes vivimos la juventud en esas épocas pasadas, habremos de recordarla con nostalgia; sin embargo, enterar a las nuevas generaciones de nuestros orígenes y los esfuerzos, hasta sacrificios, que hicieron muchos laguneros, es responsabilidad de todos, apoyados en esos textos que nos ayudan a refrescar la memoria.
Si usted no ha leído alguno de los aquí referidos, lo invito a hacerlo; le aseguro encontrará en ellos gratas memorias; algunas, generadoras de sonrisas por los propios recuerdos.