Presentación. María Novaro habló de las condiciones para los cineastas en México. AP
ROMA, ITALIA.- El cine mexicano aterrizó ayer en el Festival de Cine de Roma con Las Buenas Hierbas, la única película latinoamericana a concurso, que trata de vida y muerte y con la que su directora, María Novaro, ha querido reivindicar un cine "hecho en casa" , con el que se distancia de las grandes producciones.
"Los cineastas mexicanos más exitosos filman en Estados Unidos, no en México; en inglés no en español. Los directores que filmamos en México tenemos otras condiciones de trabajo, pero llega un momento en que tenemos que decidir entre esas dos opciones", subrayó.
Ella ha decidido "rodar de otra manera" y con esta película ha demostrado que no sólo es posible hacer cine en México "con muy poco presupuesto", sino hacerlo prácticamente sin salir de casa: el setenta por ciento de Las Buenas Hierbas está rodado en su jardín.
"Somos un país que vive muy lejos de Dios y demasiado cerca de Estados Unidos. Siendo una cultura muy diferente, nuestra vida está muy definida por nuestra cercanía con Estados Unidos", lamentó la cineasta.
La película, el quinto largometraje de María Novaro, personifica así la propuesta de un cine "Made in México" con una historia que habla de vida y muerte desde dos ángulos paralelos: la medicina botánica, una tradición muy arraigada en el país, y el sufrimiento que produce una enfermedad como el alzheimer.
Ahora, lejos de plantearse si Las Buenas Hierbas ganará más premios después de los ocho que conquistó en el Festival de Cine de Guadalajara, Novaro sólo quiere que su película se siga viendo "de diferentes maneras" y espera medir su éxito a largo plazo, "como si se tratara de una maratón".
"No creo que en mi país tengamos las condiciones de correr los cien metros lisos, pero para una maratón sí que somos buenos", bromeó.
Tampoco elude decir que para ella "rodar es un lujo" y que ha tardado diez años en ponerse detrás de una cámara, desde Sin Dejar Huella (2000), porque tenía que atender a sus obligaciones familiares, que compagina con su tarea como profesora de cine.
Mientras escribe una historia para niños que refleje "la diversidad" de su país y que se llamará Aire, María Novaro se consolida como uno de los referentes cinematográficos de México y reafirma los valores personales de su cine.
"Creo en mi cine: sé que las películas que yo he hecho son evidentemente mexicanas y evidentemente hechas por una mujer, pero me gusta que eso sea así" , concluye.
10AÑOS
Tardó en ponerse detrás de una cámara.