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Nuestra constitución

Addenda

GERMÁN FROTO Y MADARIAGA

Hablar sobre el aniversario, que se cumplió ayer, es hablar de una de las páginas de la historia nacional más interesantes del siglo pasado.

Primero, porque fue uno de los documentos fundamentales más trascendentes de su época y el primero que recogía los anhelos sociales de quienes intervinieron en la revolución mexicana.

Segundo, porque en él se plasmaban derechos tan importantes como el del trabajo, la educación y la tierra; si bien tenemos que admitir que tuvieron que pasar décadas antes de que algunos de ellos se hicieran realidad, como fue el reparto de la tierra rural.

Por eso el lema de revolucionarios, como Emiliano Zapata, siguió vagando hasta que se hizo realidad su grito de: "Tierra y libertad".

Ello, a pesar de lo que consideraron algunos, en el sentido de que los campesinos habían pasado de la esclavitud del hacendado a la del Banco Agrario, pero en esencia seguían siendo esclavos.

Sin embargo, no por ello nuestra constitución dejaba de ser el documento solemne en que se plasmaban los ideales que impulsaron el movimiento revolucionario. Y en eso, el constituyente de Querétaro cumplió con creces su cometido.

Mentes tan lúcidas, como la de Luis Cabrera, aun en ausencia estuvieron presentes en el teatro Iturbide, gracias a las ideas luminosas creadas por ellos.

Nada impidió que aquellos hombres, entregados a la ingente tarea de elaborar una constitución, pusieran cima a su empresa precisamente un 5 de febrero de 1917.

Ni mucho menos que don Venustiano Carranza, que había propuesto un proyecto de reformas a la constitución del 57, la cual había defendido encarnizadamente, tuviera reticencia para jurar que acataría tal documento.

Si partimos de la base, de que una constitución, es el ser y la forma de ser de un pueblo, la nuestra recogió todos esos anhelos y los plasmó en el texto constitucional vigente.

Y no podía ser de otra forma, pues como afirmaba el citado Cabrera: "La revolución es la revolución", por lo que una revolución triunfante, como lo fue aquélla, no podía hacer menos que responder a las inquietudes de quienes habían luchado en ella.

Cabrera, mencionaba cinco propósitos fundamentales para un buen Gobierno y entre ellos mencionaba: "El cumplimiento sincero, honrado y pleno de la constitución de 1917".

Tengo para mí que eso es lo que ha faltado en las últimas décadas, porque muchas veces la constitución no se cumple, se elude y luego nos quejamos de que no impere el Estado de Derecho y de que la autoridad esté rebasada.

Cuando la propia autoridad evade la ley, todo mundo, cualquier ciudadano, se siente autorizado a hacer lo mismo.

Por ello, se equivocan quienes afirman que México requiere una nueva constitución, porque lo que se necesita es respetar ésta, la vigente.

Tan eso es así, que no existe en el texto constitucional un procedimiento para elaborar una nueva, por lo que si se llegara a confeccionar ésta, sería en violación a la actual; tal y como sucedió con la que nos rige, que se hizo violando la de 1857. Pero, ojo, después de un movimiento revolucionario.

Alguna vez, don Jesús Reyes Heroles, dijo en otro contexto: "A nosotros nos costó una revolución llegar al poder. ¿Lo quieren?, hagan su revolución".

Sin embargo, la oposición llegó al poder por la vía del voto, no de las armas, pero parece estar haciendo todo para llamar a las armas a fin de cambiar el orden constitucional.

Y lo está haciendo en la medida en que acrecientan las desigualdades existentes entre las clases sociales, pues los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Nuestra constitución es un documento solemne y majestuoso, que merece y debe tener todo nuestro respeto y lealtad.

Porque en él sustentamos nuestra vida institucional y democrática. Pero debemos aprender a respetarla si queremos vivir en paz y armonía.

Siempre habrá reaccionarios que la ataquen, pero frente a ellos, se alzarán los revolucionarios que la defiendan, porque es la encarnación misma del alma del pueblo mexicano.

Larga, fructífera y vigente vida a nuestra constitución en este aniversario.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de Su mano".

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