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NUESTRA SALUD MENTAL

LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PUENTES

DR. VÍCTOR ALBORES GARCÍA

CAPÍTULO ESTATAL DE COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICAMEXICANA (DÉCIMA SEGUNDA PARTE)

Avanzamos en febrero y descubrimos sorpresivamente esas tonalidades de rojo que nuestra ciudad de Torreón está adoptando en sus ropajes en el presente. Grandes letras pintadas de ese color con el nombre de la ciudad anticipan la llegada a ésta en el momento que termina uno de nuestros puentes famosos al regresar de la ciudad de Gómez Palacio. Diligentemente, desde los primeros días de enero, múltiples cuadrillas de trabajadores adornados también con playeras del mismo color se han dedicado a limpiar y a pintar diferentes áreas de la ciudad, en ese intento de darnos una nueva perspectiva e imagen, cualquiera que pudiera ser el significado o el mensaje que a través de tonos rojos se nos envía. Quizás hace cincuenta años, ese color pudiera haberse considerado como un sacrilegio, catalogado como algo fuera de nuestro orden internacional y político, en un mundo en el que el rojo marcaba límites no del todo aceptables o populares, cuando la lucha entre el capitalismo y el comunismo se debatía entre persecuciones paranoicas, y una guerra supuestamente fría, pero con tintes sumamente amenazantes para nuestro planeta. Y sin embargo, hoy en día, en nuestro mundo actual, el rojo ha perdido enormemente esa vivacidad política que le caracterizaba en el pasado, para convertirse en la propiedad privada de cualquiera, entre los flashazos de la moda, de la publicidad y de la mercadotecnia, que le otorgan variaciones y simbolismos muy contrastantes y diferentes a lo que estuvimos acostumbrados y conocimos en el pasado.

Como lo constatamos cotidianamente, el color rojo tiene ahora toda clase de acepciones y significados, a los cuales quizás nos estamos tratando de acostumbrar, en ese intento incansable que tenemos los humanos para mantenernos en pie y sobrevivir, en la búsqueda de un equilibrio entre el ambiente en el que nos ha tocado o hemos decidido vivir y nuestros interiores. Seguramente que el rojo como lo saben los especialistas posee muchas tonalidades y variaciones, las cuales igualmente pueden ser utilizadas y proyectadas de muy diferentes formas y estilos hacia el exterior, en toda la amplitud de la atmósfera que nos rodea. Y es así entonces como iniciamos el año 2010, con una nueva etapa para la ciudad y para la comarca coahuilense en general, con nuevos y aparentemente bien organizados proyectos, en lo que podríamos considerar como la construcción de toda una variedad de flamantes puentes entintados de rojo, de ese rojo que se torna colorado brillante e intenso que viene a cubrir y a sustituir las tibias tonalidades azules del pasado período, en lo que se ha convertido el nuevo ritmo de danza que intentamos aprender a bailar los mexicanos.

Coquetamente, la ciudad se está maquillando gracias a la acción acompasada de un ejército de trabajadores en overoles, a quienes afortunadamente se les ha dado un empleo para que empujen, muevan y manipulen enormes grúas y máquinas de todo calibre que ennegrecen las principales arterias a lo largo de la ciudad. Gracias a ellos es posible cubrir con una rapidez asombrosa esa colección interminable de agujeros, baches, bordos, perforaciones y hendiduras de todo tipo, esas terribles heridas y cicatrices que el uso vehicular y las descuidadas acciones de SIMAS habían dejado en el pavimento como heridas semidisfrazadas o semicubiertas por un forrado de mala calidad, que con las lluvias, afortunadamente no tan frecuentes en nuestra región, las alcanzó a convertir en zanjas peligrosas, listas para lastimar o destrozar en forma irresponsable las suspensiones y amortiguadores de tantos vehículos. El cambio es radical, lo que nos hace constatar esa nueva y poderosa derrama de billetes, tampoco presentes en el pasado, que naturalmente como un nuevo proyecto, están tratando de cambiar la imagen de nuestra ciudad, de lo que parecía ser una zona de desastre, como si recién hubiéramos sido víctimas de una inundación o de algún tornado, o como si estuviéramos emparentados con alguna guerra del Medio Oriente, una coincidencia no del todo lejana. Esta fresca construcción de puentes como un proyecto sumamente necesario para la ciudad está avanzando con los inicios del año. Esperamos que logre seguir adelante sin los tropiezos o los bloqueos a los que estamos acostumbrados, como si se tratara de un excelente vínculo marital

(Continuará).

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