CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICAMEXICANA
(VIGÉSIMA PARTE)
Al continuar con mi relato del domingo pasado, uno pensaría que este tipo de comunicación tan en boga actualmente a través de iconos, imágenes y pictogramas, en el estilo que se ha desarrollado en los videojuegos, la televisión, el cine, los comics, la computadora, los celulares y todos los demás instrumentos electrónicos en los que está basada principalmente la comunicación actual, facilitaría precisamente el desarrollo de la comunicación no verbal, sobre la verbal, incluyendo la lectura y la escritura. Es incluso interesante descubrir en nuestros días el tan arraigado fenómeno tanto en la televisión como en las salas de cine, del uso del doblaje de las películas en idiomas extranjeros, que se tiende a justificar por el supuesto hecho de que en un alto porcentaje de casos se trata de filmes aparentemente dirigidos hacia los niños, o inclusive hacia los adolescentes; un hecho no necesariamente verdadero, ya que muchas de ellas no llevan definitivamente tal orientación. Sin embargo, estos gestos paternalistas o maternalistas, según se les quiera clasificar por las autoridades encargadas de ello, aunque tienden a facilitar la comprensión de las películas, frenan y limitan a la vez el esfuerzo y la capacidad de lectura de los niños, adolescentes y adultos mismos, así como la práctica del oído para la recepción de un idioma extranjero, principalmente el inglés, que es el que más frecuente en estos filmes. En esa forma, ya no hay necesidad de leer los subtítulos, de manera que todos nos podemos mantener en esa especie de limbo de analfabetismo tan vigente en nuestra época, en un país en el que de por sí se lee muy poco. Me parece una situación bastante contradictoria y a contrastar con la tan popular tendencia del sistema educativo en general, o del interés de tantos padres y familias que están dispuestos a pagar lo necesario o a luchar lo que sea por lograr que se incluya el inglés como segundo idioma en las escuelas, pero que inexplicablemente desperdician esa oportunidad educativa de ver y escuchar las películas en el idioma original. Se trata de un limbo que se extiende cada vez más, hasta se podría afirmar que en forma alarmante, cuando descubrimos que todavía a niveles de licenciatura en las universidades, existe un alto porcentaje de alumnos que no sólo no manejan o dominan un segundo idioma, sino que presentan además serias deficiencias en el uso del lenguaje verbal o escrito, o inclusive trastornos importantes del aprendizaje, a pesar de que se supone que han cursado todos los niveles previos de educación, ya sea primaria, secundaria y preparatoria, sin que aparentemente se hayan detectado tales problemas. Lo que sería aún peor, es que tales problemas si se hayan detectado y diagnosticado dentro del sistema educativo, pero desgraciadamente no han sido atendidos en forma adecuada, o ni siquiera se han aplicado los remedios específicos y se ha dejado al tiempo o al destino para su resolución.
En fin, ese es definitivamente un serio problema que encara la SEP y nuestro sistema de educación, que tiene esa versátil y flexible característica de cambiar con cada sexenio, de acuerdo a como soplen los aires sindicales y políticos, y a como se acomoden todas las damas y caballeros involucrados en ello. Desgraciadamente, ello no sólo representa un problema de orden político acomodaticio, fenómeno tan común en México, sino que también se convierte en un serio problema para los padres de todos estos niños, niñas y adolescentes que saltan de nivel en nivel a lo largo del proceso educativo, pero con defectos que tarde o temprano tendrán consecuencias en sus vidas, especialmente conforme los sucesivos niveles educativos se vuelvan más complejos y exigentes para ellos. A la larga, todos ellos, padres e hijos sufrirán al enfrentarse a tales situaciones, al no haber sido orientados adecuadamente o ni siquiera informados del todo, o cuando ellos tampoco lo habían previsto en modo alguno, al confiarse totalmente en los maestros y en los directivos de las escuelas, como sucede generalmente, cuando los padres no siguen de cerca ni mantienen un contacto intimo con el proceso de aprendizaje de sus hijos y las dificultades que pueden estar enfrentando. Los resultados finales y las sorpresa fatídicas se vienen a presentar en estos próximos meses, después de las vacaciones de Semana Santa y de Pascua, entre todos esos múltiples y floridos días de asueto, fiestas y celebraciones que adornan el colorido calendario de mayo, con sus respectivos huecos académicos previos a los exámenes finales de junio, que es cuando los jueces se encargan de dar las sentencias y los verdugos cumplen su misión de cortar las cabezas (Continuará).
Asociación de Psiquiatría y Salud Mental de La Laguna A.C. (PSILAC)