CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA
DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA
MEXICANA
(VIGÉSIMA OCTAVA PARTE)
Los verdes se han tornado radiantes con la lluvia de estos días, consecuencia de un tal Alex que anda por ahí haciendo travesuras y estragos en otros estados. Es increíble cómo luce diferente la vegetación con ese tipo de riego, y como el fresco nos deja descansar del calor intenso al que estamos acostumbrados, en esta paradójica "Laguna" en el desierto. Los verdes también han brillado desde las últimas semanas en las playeras y los rostros ávidos futboleros que apostaban por nuestra selección en el torneo de Sudáfrica, para luego verse desencantados como suele suceder en este tipo de eventos y de participación de nuestros equipos a nivel internacional.
Ojalá que en general, todos nosotros como mexicanos fuéramos capaces de llevar a cabo ese tipo de planeación, exploración y valoración de nuestros objetivos, de nuestras conductas y de la revisión de los resultados que obtenemos cada vez que intentamos construir algún puente, porque pienso que eso nos ayudaría enormemente a superarnos como individuos y como seres humanos. El funcionamiento de la muy vitoreada y admirada selección mexicana en el presente torneo mundial de futbol, se presta precisamente para hacer una serie de cuestionamientos y de reflexiones, sobre el estilo y la forma en que tendemos a construir esa clase de puentes en nuestro país. ¿Qué es lo que sucede con la planeación, la selección, la organización, la preparación y la estructuración en general de este tipo de equipos que participan en eventos semejantes a nivel internacional, como igualmente ha sucedido en el pasado con los juegos olímpicos y otros eventos similares? Uno se pregunta hasta qué grado existe una acertada y cuidadosa planeación, así como una minuciosa selección de los elementos, en donde verdaderamente se tomen en cuenta las habilidades y capacidades reales de cada individuo, sobre todo en un país en el que en muchas ocasiones este tipo de selección se lleva a cabo influida por los gustos y compadrazgos de las corrientes políticas, en las que abunda el autoritarismo, el favoritismo y el nepotismo propios de nuestra cultura, por encima de la excelencia, el talento, la destreza, la experiencia, los conocimientos, las aptitudes, el espíritu de competencia y todas las demás facultades necesarias no sólo en lo que respecta a los aspectos deportivos, sino en todos los demás sistemas que existen en nuestro país.
¿Qué sucede con todo ese amor y entusiasmo mexicanos que se desbordan en un año como éste, para apoyar y vitorear a nuestro jugadores, al grado de que supuestamente un grupo como de veinte mil "hinchas" se lanzaron a través del Atlántico hasta llegar a Sudáfrica, superando las distancias, los obstáculos, las dificultades de nuestra más reciente crisis económica y hasta la violencia que nos inunda como parte de esta guerra civil que nos abruma, para poder estar ahí en vivo, presentes en el estadio y pintarrajeados de los colores patrios, o igualmente acá en todo el país, abarrotando cantinas, bares y restaurantes en ese estado de trance que los mantenía inmersos en las pantallas de los televisores? ¿En qué forma se construyen estos puentes y estos sueños tan románticos y a la vez tan necesarios para esa función básica de catarsis que constantemente requerimos los humanos? Pero también uno se pregunta de qué material están construidos sus cimientos, cuál es la fuerza y la resistencia de los mismos, la solidez de su estructura que les permita enfrentar las adversidades del camino. ¿Para la preparación de nuestro equipo, uno se pregunta si se han llevado a cabo evaluaciones minuciosas de los procesos de torneos anteriores, de la actuación de las selecciones del pasado, no sólo de sus jugadores, sino de todo ese conglomerado burocrático y administrativo en el que se desenvuelven, tanto sobre sus aciertos como sobre sus errores? Ello significaría lógicamente valorar desde una mejor y más realista perspectiva dicho proceso, para entonces llevar a cabo una más adecuada planeación, así como una mejor preparación, capacitación y desempeño de la escuadra actual, al tomar en cuenta precisamente los errores y los aciertos del pasado? Este proceso sería semejante al que me refería en la columna anterior con respecto al funcionamiento académico de los estudiantes, los maestros y las instituciones educativas en general, al tomar en cuenta la planeación y programación que se hizo al inicio del año escolar, para valorarla así y compararla al final de acuerdo a los resultados que se obtuvieron, especificando aciertos y errores, habilidades y limitaciones, de manera que ello nos sirva como un verdadero proceso de aprendizaje para reforzar lo positivo y corregir lo negativo en cada estudiante, en cada programa y en cada institución, y obviamente, para una planeación más adecuada del siguiente curso, o si queremos, de la construcción del siguiente puente (Continuará).
Asociación de Psiquiatría y Salud Mental de La Laguna A.C. (PSILAC)