LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PUENTES
(TRIGÉSIMA PARTE)
Al igual que sucede en enero como línea cero de inicio, las épocas de campaña electoral y de elecciones para puestos públicos, se convierten igualmente en experiencias masivas para construir puentes, o al menos para planearlos. Escenarios semejantes sirven para todo tipo de representaciones mágicas y fantasiosas, en donde los sueños y las promesas se mezclan con actos maravillosos de nigromancia, de prestidigitación, de malabarismo, de ilusionismo, así como de una enorme variedad de trucos y habilidades de manos y palabras, embellecidos por múltiples sortilegios, predicciones y encantamientos que logran seducir e hipnotizar todavía a un público que a pesar de todo, sigue pecando de fiel y candoroso. Es ahí donde se conectan mutuamente las fantasías verbales de los candidatos, transmitidas como los diseños de puentes maravillosos y proyectadas en ese público que sigue escuchando esperanzadoramente, aún a pesar de haberlas oído repetidamente a través de los años y reconoce que en el fondo se tratan solamente de coloridas burbujas de jabón.
Con espectaculares de enormes sonrisas, de labios bien delineados, de dientes que apenas se alcanzan a exhibir, y aparecen discretamente en rostros maquillados, la nueva maquinaria de mercadotecnia al servicio de la política, nos promete tenazmente la veracidad de tales sueños y la futura construcción de puentes semejantes. Al igual que en tantas otras ocasiones, así han resonado maravillosamente los ecos de voces en nuestra vecina mitad duranguense de La Laguna en las últimas semanas, con las típicas promesas revolucionarias, en un espacio en el que además de los rostros y sonrisas, nacen y se prolongan las dinastías en posiciones heredadas, con esa sencillez y esa dulzura inigualables, de las que somos tan capaces los mexicanos. La experiencia no nos es del todo ajena para la otra mitad lagunera, la que nos representa a los coahuilenses, en la que como ya todos sabemos y experimentamos, estamos estrenando gabinete. Un gabinete que lucha denodadamente por "rescatarnos", lo mismo a los laguneros que a nuestra ciudad y a nuestra comarca en general. Con altas y bajas, la actividad de máquinas y de trabajadores ha continuado en nuestras calles y avenidas, como lo comentamos la semana pasada, y seguramente la misma febril actividad se da en los espacios oficiales, al igual que en los otros, aquellos que se han improvisado temporalmente, mientras se estrenan las nuevas y seguramente flamantes oficinas.
El final del primer semestre ha sido cubierto, y aunque quizás un tanto prematuramente, podremos preguntarnos sobre el estado de los proyectos iniciales, de las promesas y los sueños inspiradores y entusiastas de las campañas electorales, de los puentes planeados que en todos sentidos se están tratando de construir, así como de los que van surgiendo improvisadamente en este municipio. ¿Será suficiente este nuevo período de cuatro años para llevar a cabo y terminar con todo lo planeando, puentes y no puentes, puentes de concreto y puentes imaginarios, incluyendo además las improvisaciones que van surgiendo en el camino, producto de la creatividad y la buena voluntad que nos caracteriza? Al parecer como siempre que iniciamos estas etapas básicas, las intenciones son buenas al igual que los muy dinámicos ejemplos, el entusiasmo y la energía están a flor de piel y contagia a la población, aún a pesar de todos los vicios heredados, de la desconfianza latente, de la inseguridad y el desánimo que imperan, del miedo, la frustración y la impotencia cabalgantes noche y días, así como de ese porcentaje de incredulidad aprendido y heredado que siempre prevalece, pero que ahora parece extenderse en una capa más oscura que nos cubre y moldea nuestras vidas bajo un estrés que se advierte amenazador e interminable para nuestra salud mental comunitaria. ¿Seremos capaces de construir los puentes necesarios para combatirlo y recuperar un algo de la tranquilidad que hemos perdido?
Asociación de Psiquiatría y Salud Mental
De La Laguna A.C. (PSILAC)
