LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PUENTES
Asociación de Psiquiatría y Salud Mental
De La Laguna A.C. (PSILAC)
Y sin embargo, a pesar de los muy buenos deseos y la gran motivación para construir tales puentes, aún después de haberse podido liberar de la borrachera y de la tremenda "cruda" consumista de esta época navideña, labor casi heroica, la construcción de los puentes no siempre funciona adecuada, ni satisfactoriamente, o de acuerdo a la forma en que se había planeado. El primero de enero de cada año, viene a convertirse en un número cabalístico, en un símbolo que paradójicamente parece sorprendernos y asustarnos por un lado, ante la incertidumbre y la oscuridad de aquello que es nuevo y desconocido, pero que a la vez y por el otro lado, lo podemos percibir como un espacio estimulante y confortador, que alienta e inspira nuestras aspiraciones y esperanzas, y que de alguna forma nos transmite la confianza de poder lograrlas. De esa manera, al saltar la frontera entre el año que termina y el nuevo que enfrentamos, nuestro espíritu aventurero nos incita a internarnos en esos territorios de lo desconocido para así lanzarnos a la búsqueda de nuestros objetivos y al diseño y la planeación de estrategias para obtenerlos. En el fondo, ello tiene que ver naturalmente con la construcción de los puentes, puesto que tales objetivos en un buen porcentaje se encuentran dirigidos hacia nosotros mismos, ya sea en cuanto a lo que se refiere a cambios físicos corporales relacionados con las dietas, el uso de una variedad de sustancias, vitaminas, yerbas o cualquier tipo de medicamento que facilite tales cambios, así como el ejercicio y la asistencia constante al gimnasio o a la práctica de algún deporte específico, o de alguna combinación de ellos, o inclusive el actual y siempre presente uso de la cirugía como una opción más, todo ello de acuerdo a la satisfacción que se tenga con la propia identidad, la autoimagen y naturalmente la autoestima que de ello se deriva. Pero además del físico, los buenos propósitos pueden dirigirse hacia aspectos tan importantes como los académicos en los estudiantes de diferentes niveles que luchan por avanzar y triunfar en sus estudios, o también los objetivos laborales en quienes ya trabajan y desempeñan diversos tipos de actividades, independientemente de que sean artesanales, artísticas, técnicas o profesionales, pero que igualmente intentan mantener, mejorar o superarse en el desempeño de éstas. Así, aunque para unos el logro de conocimientos es indispensable y necesario, para otros, hombres y mujeres, el dinero y la acumulación de riquezas obviamente, viene a tomar un lugar preponderante en la planeación de los días, las semanas y los meses que se abren frente a ellos en el siguiente año, no sólo como una forma de sobrevivir y construir un puente para apaciguar la cuesta de enero, tan presente para todos, sino también como una parte muy esencial y compulsiva de quienes la requieren casi como una especie de transfusión vital que les ayude a sentirse vivos. Igualmente, para muchos otros, la planeación en la construcción de sus puentes, implica el lograr diferentes cambios de carácter, de conductas y de actitudes ya sea ante sí mismos al no estar del todo conformes con su personalidad, pero también dirigidos hacia los demás o en dirección al ambiente mismo en el que se desenvuelven y a quienes los rodean. Asimismo, hay quienes enamorados del amor, se lanzan a la búsqueda del mismo a través del encuentro con la pareja ideal, aquella que hace su aparición en los sueños, la que deberá cumplir con una serie de rasgos y de condiciones para alcanzar a llenar las expectativas y requisitos, de manera que se logre cumplir esa profecía de la felicidad al complementarse con "la media naranja".
Y así sucesivamente, hoy día primero de enero de un nuevo año como es el 2010, con la ciudad semidesierta, escuchando aún en la soledad de sus calles los ecos del alboroto, de la música, de los cohetes, de los balazos, de las carcajadas, de los gritos o las lágrimas de la noche anterior, se extienden los buenos propósitos de cada uno, en el proyecto personal de la construcción de sus puentes, con la esperanza y la seguridad de llevarlo a cabo, pero también con la incógnita y las dudas de hasta que punto se tendrá el interés, la capacidad, la constancia, la motivación, la paciencia y la tenacidad de mantenerlo en la mira para lograrlo (Continuará).